Cuatro de cada diez trabajadores tienen un sueldo inferior a 2.000 euros

Las brechas salariales crecen dentro de la clase trabajadora del Estado español, mientras el coste de vida se dispara.

Temporeras en la recogida de la fresa.

El concepto del mileurismo, recuerda el diario El País, fue acuñado a principios de los 2000 en el Estado español para describir un umbral salarial caracterizado por la precariedad laboral. Con la composición salarial de aquel entonces, era aquel fenómeno el que se marcaba, al que se le ponía nombre. Dos décadas más tarde, con la generalización de los salarios bajos y la inflación, el viejo concepto ha sido amortizado y emerge el nuevo dosmileurismo: un umbral salarial que refleja la aspiración de poder alcanzar una vida sin apuros económicos en un contexto de elevados costos de vida. Sin embargo, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes a 2023, cuatro de cada diez empleados en el Estado español siguen percibiendo menos de 2.000 euros brutos al mes, y esta cifra aún no alcanza a cubrir las necesidades básicas para muchos. Mientras tanto, los aumentos salariales de los últimos años siguen siendo insuficientes frente a la subida constante de la vivienda, la cesta de la compra y los servicios básicos.

En 2023, el salario medio en el Estado español experimentó un incremento del 7,28%, alcanzando los 2.273 euros brutos mensuales, según el INE. Esta cifra representa un “avance” relativo respecto a los años anteriores, pero no se corresponde con el ritmo de aumento del costo de vida, ni siquiera se trata del salario más habitual, ya que la mayoría de los empleados gana bastante menos al mes. A ello hay que añadirle que una parte considerable de la clase trabajadora no percibe un salario de forma regular porque no tiene un empleo de forma regular, y muchos otros no se encuentran dentro de la población activa. Bajo estas condiciones, tienen que hacer frente a los precios de la vivienda disparados, al alquiler medio de un piso de 80 metros cuadrados alcanzando los 986 euros y al aumento del 47% en la cesta de la compra en los últimos cuatro años. La inflación, que en 2023 fue del 3,5%, ha superado con creces el incremento salarial, dejando a la clase obrera atrapada entre la espada y la pared: bajos ingresos y los costos esenciales altos.

El INE también ha revelado que la desigualdad salarial en el Estado español se mantiene pronunciada, con los salarios más altos concentrados en sectores como la energía eléctrica, gas y las actividades financieras, mientras que las remuneraciones más bajas se encuentran en el sector de la hostelería, el servicio doméstico y la agricultura. Además, la distribución salarial presenta disparidades notables en función del tipo de jornada, con los trabajadores a tiempo completo ganando de media 2.503,81 euros, mientras que los de jornada parcial reciben apenas 915,68 euros. Esta disparidad también se refleja en las diferencias de salario según la edad, con los trabajadores de entre 45 y 54 años siendo los mejor remunerados, y los más jóvenes ganando en promedio 1.378 euros; y la mayoría, bastante menos. También persiste la brecha salarial de género, con las mujeres ganando 400 euros menos que los hombres en 2023, una diferencia que ha creció con respecto al año anterior.