El partido ultraderechista alemán Alternativa para Alemania (AfD) ha incluido en su reciente borrador de programa electoral la propuesta de que Alemania abandone tanto la Unión Europea (UE) como la zona euro, una iniciativa denominada DExit. En el borrador, que ha sido filtrado al diario Der Spiegel, el partido asegura que la estructura actual de la UE se asemeja a un “superestado de economía planificada que limita la soberanía nacional”. Además, la AfD propone la reintroducción de una moneda propia, la salida del Acuerdo de París sobre el cambio climático y el endurecimiento de las leyes sobre el aborto. Esta postura refleja el giro hacia una línea más nacionalista y euroescéptica, que ya no se limita al rechazo al euro, sino que cuestiona la permanencia de Alemania en la UE.
La propuesta ha suscitado una fuerte crítica en varios sectores de la sociedad y la política alemana. Franziska Brantner, secretaria de Estado en el Ministerio de Economía, advirtió que un DExit “pondría en riesgo la prosperidad de Alemania al perjudicar su acceso al mercado único europeo, vital para la economía del país”. La AfD, fundada en 2013, ha ido radicalizándose con el tiempo, pasando de una postura euroescéptica moderada a abogar por la recuperación de todas las competencias del estado-nación. Desde 2015, el partido ha intensificado su crítica hacia las instituciones europeas y la inmigración, mientras defiende una visión más cerrada y nacionalista de Alemania dentro de Europa.
La salida de Alemania de la UE tendría implicaciones económicas y políticas significativas, no solo para el país, sino también para la estabilidad del bloque en su conjunto. Como una de las economías más grandes de la UE, la retirada alemana podría desestabilizar el mercado común europeo, afectando las cadenas de suministro, el comercio y la cooperación en áreas clave. Además, la Constitución alemana no prevé un referéndum sobre la salida de la UE, por lo que, para materializar esta propuesta, sería necesario reformar la Ley Fundamental, un proceso que requeriría un amplio consenso político, que actualmente parece distante.