Según el avance del IX Informe FOESSA, elaborado por Cáritas Española, 9,4 millones de personas viven en exclusión social en el Estado español, lo que representa el 19,3% de la población. Esta cifra supone dos millones más que en 2007, antes de la crisis financiera global. Además, 4,3 millones de personas enfrentan pobreza severa, un 28% más que en ese mismo período. El informe destaca que el 80% de los hogares en desempleo están en exclusión social, mientras que 1 de cada 10 personas con empleo también vive en esta situación. Raúl Flores, coordinador de la Fundación FOESSA, subraya que la exclusión “no es un fenómeno externo, sino una consecuencia estructural del modelo socioeconómico actual”.
La crisis habitacional es uno de los factores más críticos: 4,6 millones de hogares padecen dificultades para acceder o mantener una vivienda. El 20% de las familias con menos ingresos destinan más del 70% de sus recursos al alquiler, y 3 millones de personas viven en situaciones precarias, como en viviendas cedidas, realquiladas o amenazadas de desahucio. Además, 3,4 millones de personas sufren condiciones de hacinamiento. Flores advierte que, a diferencia de otras formas de exclusión visible, como el sinhogarismo, estas situaciones “son más difíciles de detectar y abordar”. Cáritas destaca también que más de 600.000 familias no reciben atención sanitaria adecuada.