Joachim Nagel, presidente del Bundesbank, ha solicitado a Berlín que flexibilice las “estrictas reglas de gasto del país”, advirtiendo que la mayor economía de Europa enfrenta “una perspectiva complicada y débil” en el futuro cercano. Según recoge Financial Times, Nagel considera “crucial” que el próximo gobierno reforme el conocido “freno de deuda”, que limita a Alemania a pedir préstamos que no superen el 0,35% del PIB en un año fiscal. El presidente del Bundesbank, que antaño estranguló financieramente a Grecia con la deuda, cree que esta reforma “es fundamental para abordar los riesgos económicos a largo plazo, como aumentar el gasto en defensa y modernizar la infraestructura del país”.
El debate sobre la reforma del freno de deuda surge en un contexto de estancamiento económico desde 2021, con el sector manufacturero bajo presión debido a los altos costos energéticos tras el corte del grifo gasístico ruso y la competitividad decreciente. La perspectiva de crecimiento débil se ve agravada por factores internacionales, como la posible implementación de tarifas arancelarias por parte de la administración de Donald Trump, lo que podría profundizar la desaceleración económica. El propio Nagel anticipa que 2025 “será otro año de bajo crecimiento”, con una estimación del Bundesbank en torno al 0,4% de crecimiento.
Ante la incertidumbre, Nagel destacó que “un enfoque pragmático podría ser necesario para gestionar las limitaciones fiscales”, como permitir “más espacio para la inversión estructural sin comprometer la estabilidad económica”. De hecho, algunas propuestas apuntan a distinguir entre el gasto corriente y las inversiones, lo que podría proporcionar más margen para impulsar sectores clave.
Este enfoque se enmarca dentro de un debate más amplio en la República Federal, donde las discusiones sobre la reforma de las reglas fiscales se han intensificado, especialmente tras la reciente caída de la coalición de gobierno de Olaf Scholz. A medida que se acercan las elecciones anticipadas en febrero de 2025, el tema de la reforma del límite de deuda se ha convertido en un punto central de la campaña, algo casi insólito en la “austera” Alemania. Algunos líderes de la oposición, como Friedrich Merz de la CDU, sugieren que podrían ser “posibles reformas limitadas a la normativa fiscal”.