Reino Unido ha decidido suspender toda la cooperación con el gobierno de Georgia, incluidas las ayudas programáticas y la cooperación en defensa, a raíz de las protestas proeuropeas que se están produciendo en el país. El Secretario de Exteriores, David Lammy, condena “la violencia ejercida por las autoridades georgianas contra los manifestantes y los periodistas”, calificándola de “inaceptable”. En un comunicado, Lammy indica que el Reino Unido limitará su interacción con los representantes del gobierno de Sueño Georgiano “hasta que se detengan las acciones que alejan a Georgia de los valores democráticos europeos”, como informa el medio Civil.ge.
La suspensión de la cooperación se produce en medio de crecientes tensiones internas en Georgia, donde un sector de la población ha criticado la decisión del gobierno de posponer la adhesión a la Unión Europea hasta 2028. Este giro en la política exterior georgiana ha provocado protestas a favor de la integración europea, que han sido reprimidas por las autoridades. La condena del Reino Unido sigue a la de otros países como Suecia, que también suspendió su cooperación directa con Georgia el 28 de noviembre, y Estados Unidos, que declaró la suspensión de su asociación estratégica con el país el 30 de noviembre. Además, Alemania decidió no aprobar nuevos proyectos de cooperación ni firmar acuerdos de préstamos con Georgia.
El impacto de estas decisiones muestra la creciente presión internacional por condicionar la política interna de Georgia, en favor de integrar el país caucásico en la órbita de la UE.