El Estado español cerrará 2024 con un crecimiento estimado del 3% y continuará liderando el crecimiento económico de Europa en 2025, con una previsión de expansión superior al 2%. Según el informe de Previsiones y tendencias económicas 2025 de Coface, Madrid mantendrá su liderazgo, superando a economías líderes en la Unión Europea (UE), como Alemania, el Estado francés e Italia. Mientras que la economía alemana se contraerá un 0,2% en 2024 y crecerá apenas un 0,4% en 2025, debido a los altos costes energéticos y su dependencia del mercado chino.
No obstante, este crecimiento depende en gran medida de dos factores: el turismo y la inmigración, tal y como señalaba el Banco de España en un informe en septiembre. Destaca que la inmigración ha sido un factor clave para aumentar la población activa, contribuyendo a un crecimiento económico más robusto y una mayor demanda interna. A esto se le añade el repunte del turismo, que ha dado aire a la economía, especialmente en sectores como el comercio y la hostelería. El Banco de España ha revisado al alza las previsiones de crecimiento, destacando que la inmigración y el turismo, junto con la “resiliencia” de las manufacturas españolas, han sido elementos esenciales para mantener el dinamismo económico.
A pesar de este crecimiento, la economía española enfrenta importantes desafíos coyunturales, más allá del frágil modelo de crecimiento. Los costes laborales unitarios han aumentado un 4,5% interanual, lo que está presionando los márgenes de las empresas, especialmente en sectores como la construcción. Aunque se ha revisado al alza las previsiones de crecimiento para los próximos años (2,2% en 2025 y 1,9% en 2026), se espera que la inflación aumente nuevamente en 2025, alcanzando el 2,1%. Además, el informe de Coface también destaca la desaceleración de la demanda interna y los riesgos estructurales en el mercado laboral, con una tasa de desempleo persistente y elevada.
Por otro lado, el panorama fiscal y monetario presenta retos adicionales. A pesar de que Coface anticipa una reducción de los tipos de interés en la zona euro hacia finales de 2025, el Banco de España subraya la necesidad de un “ajuste fiscal” de medio punto porcentual del PIB para cumplir con las reglas fiscales europeas. Este ajuste podría limitar el gasto público y afectar a la población.
Todo ello se produce, además, en un contexto de creciente incertidumbre geopolítica, principalmente por la guerra en Ucrania y Oriente Medio, así como las tensiones comerciales globales. Además, ser líder de crecimiento en Europa puede ser una noticia de consuelo para una potencia mediana como el Estado español, pero desde un prisma global, no parece muy halagador: la desigualdad entre EEUU y Europa aumentará en 2025, según la propia Coface. Anticipan que es probable que la nueva administración en la Casa Blanca apoye la demanda con rebajas fiscales mientras aumenta la oferta, con sus riesgos inflacionarios que tendrá que controlar la Reserva Federal Americana, no bajando tanto los tipos de interés.
Mientras tanto, en Europa, las empresas tendrán que afrontar un aumento de los costes laborales unitarios del 4,5% interanual, lo que estrechará los márgenes de ganancia. Estas tasas de margen se han reducido casi un 2% en Alemania y el Estado francés, y el doble en el Estado español e Italia, dejando a miles de empresas al borde de la insolvencia en los últimos meses, apunta Coface. Todo ello coloca al Estado español como un gigante con pies de barro dentro de un bloque en decadencia.