Doce casos de violencia de género, abusos y delitos graves entre policías y militares desde el 7 de septiembre

Agresiones sexuales, corrupción y violencia de género entre agentes policiales y militares del Estado español en apenas tres meses.

El policía acusado de realizar tocamientos a la hija de su pareja.
Foto: Levante, El Mercantil Valenciano (I. Cabanes)

Desde la creación del canal de Telegram El Policiómetro el pasado 7 de septiembre, este perfil ha recopilado numerosos casos que involucran a miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE). En apenas tres meses, se han documentado al menos doce situaciones de extrema gravedad en el Estado español, que incluyen violencia machista, agresiones sexuales, corrupción y delitos relacionados con la trata de personas.

La cronología comienza el 11 de septiembre, cuando un policía local de Valencia fue juzgado por presuntos tocamientos a su hija y a su pareja. Apenas dos semanas después, el 26 de septiembre, un guardia civil fue llevado al banquillo acusado de estafar 99.000 euros a la viuda de un compañero fallecido. A pesar de la gravedad de los hechos, el 3 de octubre se conoció que el fiscal había reducido la condena a tres meses de privación de libertad y el pago de una multa de 300 euros, una decisión que generó polémica por su indulgencia.

La violencia machista también tienecun lugar destacado en esta recopilación. El 3 de octubre, un agente de la Guardia Civil fue enviado a prisión tras ser condenado por maltratar a su pareja. Días después, el 6 de octubre, la justicia absolvió a un policía acusado de agresión sexual a su hijastra.

Otro caso alarmante ocurrió el 8 de octubre, cuando un militar de Cabo Noval fue detenido tras ser denunciado por agresión sexual. La víctima relató que el presunto agresor, un conocido suyo, “utilizó una pistola para amedrentarla antes de realizar tocamientos”. La violencia dentro del ámbito doméstico también fue noticia el 7 de octubre, cuando la esposa de un expolicía denunció que su marido intentó matarla: “Me tiraba del fular con fuerza, no podía respirar; le dije que parara porque me estaba asfixiando”, relató.

A mediados de octubre, el 19 de octubre, otro agente, en este caso un policía municipal de Bilbao, fue detenido por un delito de violencia de género, reforzando una vez más la demostrada sobrerrepresentación de agresiones de esta naturaleza dentro de los cuerpos policiales.