El uso de carbón ha alcanzado un récord histórico en 2024, según la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés). Este combustible fósil, considerado el más contaminante, es uno de los principales factores detrás del aumento de la temperatura del planeta. La demanda de carbón ha alcanzado los 8.770 millones de toneladas, con 1.550 millones de toneladas vendidas en el mercado a lo largo del año. Las temperaturas globales siguen en ascenso, y 2024 se ha registrado como el año más cálido hasta ahora, con un incremento promedio de 1,5°C respecto a los niveles previos a la Revolución Industrial.
A pesar de esta tendencia al alza, la IEA prevé que el uso de carbón se estabilizará en 2027, año que marcará el pico máximo de demanda. Desde 2021, la demanda ha crecido de forma constante: un 7,7% en 2021, un 4,7% en 2022 y un 2,4% en 2023. Para que esta estabilización se concrete, será necesario un aumento en la demanda de electricidad. China, que representa un tercio del mercado de carbón, sigue dependiendo de este recurso para alimentar sus plantas eléctricas, mientras que en países como India, Vietnam e Indonesia, el carbón sigue siendo una fuente de energía esencial. A pesar del crecimiento de las plantas nucleares y la expansión de la energía solar y eólica en China, el carbón sigue siendo la principal fuente de energía.