Estados Unidos y la Unión Europea han impuesto nuevas sanciones contra altos funcionarios del Gobierno venezolano y rechazan reconocer a Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Estas medidas se toman tras el cénit de la crisis iniciada en las elecciones del 28 de julio de 2024, en las que, según la oposición y observadores internacionales cercanos a ésta consideraron que el candidato Edmundo González Urrutia habría obtenido la mayoría de los votos. Sin embargo, el Consejo Nacional Electoral, controlado por el chavismo, declaró ganador a Maduro, y el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela ratificó la decisión. Así, Maduro ha jurado este viernes el cargo en medio de denuncias de fraude y acusaciones de “golpe de Estado” por parte de la oposición, la cual en estos momentos está llamando abiertamente a dar un golpe de Estado contra Maduro.
La Unión Europea ha sancionado a 15 altos cargos venezolanos, incluidos miembros del Tribunal Supremo de Justicia, el Consejo Nacional Electoral y las fuerzas policiales, sumando un total de 69 personas sancionadas por el bloque. Según Kaja Kallas, alta representante de la UE para Asuntos Exteriores, las sanciones buscan “impulsar una solución democrática y negociada a la crisis venezolana”, condicionando su revocación a “avances tangibles en derechos humanos y el Estado de derecho”. Por su parte, Antony Blinken, secretario de Estado de EEUU, reitera que su gobierno reconoce a Edmundo González como “presidente electo” y anuncia un aumento en la recompensa por la captura de Maduro, que ahora alcanza los 25 millones de dólares, junto a nuevas sanciones económicas y restricciones de viaje para funcionarios chavistas.
Organismos internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA) también respaldan a González. Luis Almagro, secretario general de la OEA, denuncia la investidura de Maduro como “ilegítima” y destaca que la situación en Venezuela “representa un desafío crítico para la democracia en la región”. Canadá y el Reino Unido se suman a las sanciones contra funcionarios venezolanos, subrayando “la necesidad de restablecer el orden democrático y garantizar los derechos fundamentales” en el país sudamericano.
No todo es Occidente
Sin embargo, Occidente no es el único actor en el escenario internacional, y muchos países fuera de este bloque no comparten su enfoque hacia Venezuela ni tienen intención de imponer sanciones. Países como China, Rusia, India, Turquía e Irán mantienen relaciones económicas y políticas estables con el gobierno de Maduro, y más de la mitad de los países del mundo se declaran neutrales, lo que diluye el impacto de las sanciones occidentales. El caso de Rusia, donde sanciones internacionales por la Guerra de Ucrania han sido contrarrestadas en parte por el apoyo de economías no alineadas con la visión de Occidente, demuestra que la falta de consenso global puede ser un factor crucial en la efectividad de estas presiones, y muestra también cómo el mundo es cada vez más multipolar, con dinámicas que trascienden las decisiones de Europa y Estados Unidos.