El Gobierno español ha manifestado su disposición a apoyar un posible levantamiento de las sanciones internacionales contra Siria, incluidas las de la Unión Europea, condicionado a que las nuevas autoridades, lideradas por el grupo salafista heredero de Al Qaeda, Hayat Tahrir al Sham (HTS), cumpla con “sus compromisos orientados a garantizar la estabilidad y soberanía del país”. Según el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, estas autoridades han demostrado “pasos positivos” tras el derrocamiento de Al Assad en diciembre, marcando el fin de medio siglo de República Árabe Siria.
Desde Turquía, Albares enfatiza la necesidad de diálogo con el nuevo liderazgo sirio, señalando que el Estado español mantiene una visión de “una Siria pacífica, inclusiva y soberana”. Para reforzar esta postura, el ministro anunció visitas oficiales a Siria y Líbano los próximos 15 y 16 de enero, con el propósito de “evaluar la situación en terreno y promover asistencia humanitaria para la población afectada por años de conflicto”. Albares destacó que, “si se cumplen las condiciones de estabilidad, las sanciones ya no tendrán ningún sentido”.
El jefe de la diplomacia española valoró los recientes “gestos de apertura” por parte de HTS, entre ellos el supuesto “cese de actos violentos” y “la liberación de prisioneros políticos”, calificándolos como “signos positivos”. Además, reiteró “el compromiso de España y de la Unión Europea con la soberanía e integridad territorial de Siria”, en un contexto marcado por enfrentamientos entre facciones locales y la ocupación de zonas sirias por parte del Estado de Israel.
Cooperación estratégica con Turquía
Durante su visita, Albares subrayará la importancia de la cooperación con Turquía como socio estratégico para abordar la crisis siria. El ministro elogia el liderazgo de su homólogo turco, Hakan Fidan, y reconoce la experiencia de Ankara en la región como “un factor clave para alcanzar una solución sostenible”. Asimismo, destaca “la necesidad de colaboración entre la Unión Europea y Turquía”, con el supuesto objetivo de garantizar “una Siria estable, pacífica e inclusiva”. Con esta iniciativa, el Estado español se suma a otros países europeos que exploran vías para un acercamiento con las nuevas autoridades sirias.
