Tailandia corta el suministro eléctrico, internet y combustible en zonas fronterizas con Myanmar

La medida se produce en el contexto de la guerra civil en Myanmar y afecta áreas límitrofes con zonas controladas por grupos opositores a la junta militar.

Panorámica de la localidad de Tachileik en Myanmar.
Foto: Limkingkeong

El gobierno de Tailandia ha suspendido el suministro de electricidad, internet y combustible en cinco áreas fronterizas de Myanmar, argumentando que “busca debilitar las operaciones de centros de estafa en la región”. Sin embargo, los cortes afectan principalmente a territorios donde China ha ganado influencia y operan algunos grupos armados opuestos a la junta militar birmana, lo que sugiere una posible coordinación entre Bangkok y el gobierno militar de Myanmar. Según la Autoridad Provincial de Electricidad de Tailandia, la interrupción del suministro abarca localidades como Tachileik, Myawaddy y Phaya Thonsu, y representa una pérdida de ingresos de aproximadamente 600 millones de bahts anuales (17,84 millones de dólares).

Desde el golpe de Estado de 2021, Myanmar se encuentra sumido en una guerra civil que enfrenta a la junta militar, liderada por el general Min Aung Hlaing, contra una amplia coalición de fuerzas opositoras. Entre ellas se incluyen el Gobierno de Unidad Nacional en el exilio, los insurgentes de las Fuerzas de Defensa del Pueblo (PDF) y numerosos grupos étnicos armados con décadas de lucha contra el centralismo birmano, como la Unión Nacional Karen (KNU) y el Ejército de Arakan (AA). Myawaddy y otras zonas fronterizas con Tailandia han sido escenario de intensos combates, con la resistencia ganando terreno en los últimos meses. Un reciente ataque aéreo del ejército de Myanmar contra campamentos de desplazados ha matado a ocho personas, incluidos cuatro niños. Según denuncia Justice for Myanmar, “estos bombardeos son posibles gracias a empresas e intermediarios de armas que aún no han sido sancionados”.

El corte de suministros por parte de Tailandia podría favorecer indirectamente a la junta militar al dificultar la logística de los grupos opositores que controlan partes de la frontera. Mientras Bangkok justifica la medida como parte de un esfuerzo para “combatir actividades ilegales”, la decisión también responde a presiones económicas y diplomáticas, en particular de China, que ha exigido mayor control sobre la región. Con la guerra en curso y el poder de la junta en entredicho, la medida tailandesa se inscribe en una red de intereses cruzados que influyen en el destino de Myanmar.