Este lunes, 10 de febrero, ha arrancado el mayor ejercicio anual de la OTAN, denominado Steadfast Dart 25, en el que participan cerca de 3.000 militares españoles. Esta operación, que se extenderá hasta el 21 de febrero, tiene como objetivo reforzar la Fuerza de Reacción Aliada (ARF) de la OTAN, con la finalidad de “disuadir posibles amenazas contra los territorios aliados”. El ejercicio se centrará en actividades previas a una crisis, evaluando la capacidad de los aliados para desplegar rápidamente sus fuerzas en Rumanía, Grecia y Bulgaria.
El despliegue español se distribuye entre las diferentes unidades de la Alianza. En el Mando Componente Terrestre (LCC), 732 soldados españoles se unirán a una brigada liderada por Reino Unido. Además, 1.400 militares se desplegarán en el Mando Componente Marítimo (MCC), donde el buque insignia será el Juan Carlos I, con un apoyo sanitario a bordo. Por otro lado, 40 miembros del Ejército del Aire y del Espacio participarán en el Mando Componente Aéreo, donde se integrarán con un A400 y personal de apoyo aéreo, según informó el Estado Mayor de la Defensa (EMAD).
Este ejercicio representa un despliegue complejo y de gran envergadura, donde la OTAN quiere destacar la importancia de preparar rápidamente las capacidades de combate en el Este del continente. La evaluación y planificación de la operación están a cargo del Mando de Operaciones (MOPS) y el Mando Conjunto de Operaciones Especiales (MCOE), que lidera el Componente de Operaciones Especiales de la OTAN por primera vez en dos años. Grecia, Bulgaria y Rumanía serán los países anfitriones, albergando las distintas unidades y actuando como puntos estratégicos de despliegue.