Un derrumbe en una mina de oro irregular en el oeste de Mali ha causado la muerte de al menos 48 personas, según informan las autoridades locales. El colapso ocurrió el pasado sábado en la localidad de Bilali Koto, donde un grupo de mineras, en su mayoría mujeres, trabajaba en condiciones irregulares en busca de oro. Equipos de rescate y voluntarios locales han continuado las labores de búsqueda, aunque la ubicación remota y la inestabilidad de la mina han dificultado los esfuerzos. “La situación es grave; estamos haciendo todo lo posible para salvar a quienes puedan seguir con vida”, declaró un funcionario local bajo condición de anonimato a las agencias internacionales.
Este nuevo desastre ha vuelto a poner en evidencia los riesgos de la minería informal en Mali, uno de los principales productores de oro en África. La ausencia de regulaciones y medidas de seguridad ha provocado múltiples accidentes en el sector, donde miles de personas se ganan la vida. Demba Keita, un residente local, lamentó la tragedia y señaló que muchas personas en la región han obtenido grandes beneficios de esta actividad. En un episodio similar ocurrido el 30 de enero, al menos 15 mujeres murieron tras un deslizamiento de tierra en una mina en la aldea de Danga, en la región de Koulikoro.
El accidente refuerza la creciente preocupación sobre la falta de control en la explotación minera en Mali y el Sahel, donde la fiebre del oro ha impulsado tanto a grandes compañías extranjeras con permisos oficiales como a mineros informales que operan sin protección. En febrero del año pasado, un derrumbe en la misma zona dejó más de 70 muertos, evidenciando la urgencia de esta crisis. Las autoridades han reconocido las dificultades para frenar la minería ilegal y garantizar la seguridad de quienes se dedican a esta actividad en condiciones extremas.