El Bundesbank, el banco central de Alemania, ha registrado unas pérdidas de 19.153 millones de euros en el ejercicio 2024, la mayor cifra negativa en su historia desde su creación en 1957. Este resultado muestra el primer ejercicio con números rojos desde 1979, aunque la entidad había previsto este desenlace, tal y como señaló su presidente, Joachim Nagel. En comparación con el año anterior, las pérdidas fueron menores, ya que en 2023 alcanzaron los 21.600 millones, pero se pudieron reducir mediante el uso de provisiones y reservas. Sin embargo, las reservas disponibles a finales de 2024 eran apenas de 700 millones, lo que obligó a la institución a asumir una parte significativa de las pérdidas sin la posibilidad de compensarlas completamente.
Aunque el Bundesbank anticipaba una situación negativa en 2024, la subgobernadora Sabine Mauderer advirtió que la institución continuará registrando pérdidas “durante algún tiempo”. Esto se debe, en parte, a las altas cargas financieras relacionadas con la política de tipos de interés elevados, que afecta directamente a las finanzas del banco central. Por esta razón, Mauderer añadió que no se espera que el Bundesbank pueda distribuir ganancias “en un período prolongado”, a pesar de contar con activos significativamente superiores a sus obligaciones, lo que le permite soportar las actuales y previsibles cargas financieras.
Este escenario se suma a las dificultades que enfrenta el Banco Central Europeo (BCE), que también ha cerrado 2024 con pérdidas históricas de 7.944 millones de euros, un aumento considerable en comparación con los 1.266 millones de pérdidas en 2023. La entidad presidida por Christine Lagarde explicó que las pérdidas del BCE fueron exacerbadas por “la falta de provisiones para compensarlas”, lo que contrasta con el año anterior, cuando parte de las pérdidas fueron cubiertas por reservas de riesgo.
El impacto de estas pérdidas acumuladas plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de las políticas monetarias actuales en la zona euro. Las previsiones apuntan a que, si bien los tipos de interés pueden bajar en el futuro, el balance del Bundesbank y otros bancos centrales seguirá siendo una fuente de preocupación económica que limitará las bajadas de los tipos de interés, con efectos potenciales sobre la economía alemana y europea en general.