El BCE prepara una nueva bajada de tipos mientras crecen las incertidumbres económicas

La institución monetaria recortará los tipos al 2,5%, pero la continuidad de esta política es incierta debido a la inflación, el bajo crecimiento y la guerra comercial.

Imagen de archivo de Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, reunida con miembros del Parlamento Europeo.
Foto: Christine Lagarde (X)

El Banco Central Europeo (BCE) prevé reducir el tipo de interés de referencia en la eurozona en 0,25 puntos, situándolo en el 2,5%. Esta será la quinta bajada consecutiva y la sexta desde junio, cuando los tipos se encontraban en el 4%. La decisión se enmarca en un contexto de desaceleración económica y moderación de la inflación, aunque persisten dudas sobre la continuidad de esta tendencia. Christine Lagarde, presidenta del BCE, ha insistido en que las decisiones se tomarán “en función de los datos” y “reunión a reunión”.

El debate en el seno del BCE se centra en el impacto de los tipos sobre el crecimiento y la inflación. Jordi Schröder, investigador de Positive Money, destaca que la eurozona atraviesa un “periodo de debilidad económica”, con un crecimiento del PIB proyectado en el 1,3% para 2025 y una caída del crecimiento salarial. Federico Steinberg, del Real Instituto Elcano, señala en el diario.es que, con una inflación estabilizándose en torno al 2%-2,5%, “el BCE puede permitirse mirar más al crecimiento”. Sin embargo, Isabel Schnabel, del comité ejecutivo del BCE, ha advertido que factores como la fragmentación geopolítica y el cambio climático podrían generar presiones inflacionarias a largo plazo.

El contexto externo también condiciona la política monetaria. La escalada comercial con Estados Unidos y la posible imposición de aranceles por parte de la Unión Europea amenazan con dificultar futuras bajadas de tipos. Según Steinberg, “una opción sería que la UE optara por depreciar el euro en lugar de responder con aranceles, lo que incentivaría las exportaciones”. No obstante, Schröder sostiene que “los factores internos deberían ser los determinantes en la política del BCE”, ya que los efectos de la guerra comercial son inciertos. En cualquier caso, la evolución de la inflación y el crecimiento marcarán las próximas decisiones del organismo.