La primera ministra de la República Democrática del Congo (RDC), Judith Suminwa Tuluka, ha confirmado que más de 7.000 personas han sido asesinadas en el este del país desde el inicio del año, aunque este dato aún no ha sido confirmado por agencias de noticias occidentales.
Este conflicto, que involucra al ejército congoleño y al armado pro-ruandés M23, se ha intensificado en los últimos meses, especialmente después de que M23 tomara la ciudad minera de Goma en enero. Suminwa Tuluka destacó en una entrevista con la BBC que “el agresor de la integridad territorial y de la soberanía de la República Democrática del Congo es Ruanda”.
El 18 de marzo, el gobierno congoleño y M23 se reunirán en Angola en un intento de mediación bajo la supervisión del presidente angoleño João Lourenço, quien ha liderado los intentos para conseguir una “resolución pacífica del conflicto”.
Hasta ahora, el gobierno de la RDC se había negado a entablar conversaciones directas con M23, exigiendo que las discusiones se llevaran a cabo con Ruanda debido a las acusaciones de apoyo de este último a los insurgentes.
Este proceso de diálogo se desarrolla tras un fallido intento en diciembre, cuando Ruanda exigió que los congoleños trataran directamente con su grupo armado proxy. Además de los enfrentamientos entre los combatientes, el M23 ha sido acusado por Human Rights Watch de atacar a periodistas y medios de comunicación en la región.