La Ertzaintza cargó contra los aficionados del Athletic Club en las inmediaciones de San Mamés la noche del pasado 13 de marzo, tras el partido contra la Roma, con el objetivo de “desalojar la zona”. En uno de los incidentes más destacados, un video muestra cómo los agentes intentaron atropellar a una persona con una furgoneta policial mientras dispersaban a la multitud utilizando proyectiles de foam.
Según testimonios recogidos por Gedar Langile Kazeta, algunos aficionados tuvieron que reaccionar cruzando contenedores en la calzada para protegerse de los atropellos. Los enfrentamientos se extendieron por calles cercanas como Pozas, donde se registraron nuevas cargas policiales. Al menos seis personas fueron detenidas tras los altercados, acusadas de “desórdenes públicos”, mientras que otros seis aficionados habían sido arrestados antes del inicio del partido.
El operativo fue coordinado entre la Ertzaintza, la Policía Municipal de Bilbao y el Athletic Club, como parte de un ensayo de medidas especiales para la final de la UEFA Europa League, que se disputará en mayo en Bilbao.
Embestir las manifestaciones y las concentraciones de multitudes es una táctica cada vez más habitual en la policía autonómica vasca. El año pasado, un manifestante en Gasteiz (Araba) tuvo que ser trasladado al hospital cuando un furgón de la Ertzaintza le pilló una pierna durante la manifestación anual del 3 de marzo, en memoria de los obreros gasteiztarras asesinados por la Policía Armada durante la huelga de 1976.