Estados Unidos intenta extender el alto el fuego parcial entre Rusia y Ucrania en las negociaciones que se celebran en Riad, Arabia Saudí. La delegación estadounidense, encabezada por técnicos de segundo nivel, intenta mediar para que la tregua, inicialmente centrada en la protección de infraestructuras energéticas, se extienda al mar Negro, permitiendo la reanudación del comercio de grano y combustible.
En una entrevista concedida a la cadena CBS, el consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca, Mike Waltz, confesó que Washington aspira a un alto el fuego de 30 días como primer paso hacia una tregua más amplia, con la meta de lograrla el 20 de abril, cuando coinciden las celebraciones de Pascua en diversas tradiciones cristianas. Sin embargo, el Kremlin ha rebajado las expectativas y advierte que las negociaciones serán “difíciles”, mientras que Putin ya rechazó un cese total de hostilidades propuesto por Trump la semana pasada.
A pesar de los esfuerzos diplomáticos, los ataques continúan en el frente. Durante el fin de semana, bombardeos rusos mataron al menos a 16 personas en Ucrania. También se reportaron ataques en Donetsk y Sumy, mientras que en Odesa una explosión en una comisaría dejó varios heridos. En respuesta, Ucrania aseguró haber derribado 97 de los 147 drones rusos lanzados en la última jornada y llevó a cabo bombardeos en la región rusa de Rostov, donde Moscú reportó una víctima mortal.
El presidente Donald Trump sostiene que su gobierno está logrando “avances significativos para frenar el conflicto”, aunque su enviado especial, Steve Witkoff, generó polémica al sugerir que la población de algunas regiones tomadas por Rusia desea estar bajo control de Moscú.
Mientras tanto, las negociaciones en Riad siguen en marcha, con la incertidumbre sobre si se logrará un acuerdo que detenga la confrontación militar o si las diferencias entre las partes seguirán bloqueando el proceso.