La precariedad laboral obliga a los jóvenes a depender de la herencia para acceder a vivienda y riqueza

El auge de las herencias y la precariedad laboral sitúan a la transmisión patrimonial como principal vía de acceso a la vivienda y la riqueza, mientras expertos advierten que agrava la desigualdad intergeneracional.

Imagen de archivo de paisaje urbano.
Foto: Hoyoun Lee/unsplash

La creciente dificultad de los jóvenes del Estado español para acceder a la vivienda y la estabilidad laboral está situando la herencia como el gran motor de movilidad social y acumulación de riqueza. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2021 se alcanzó un récord histórico de 201.117 transmisiones hereditarias de viviendas, un 53% más que hace 15 años, y las cifras se mantienen en máximos desde que existen registros.

Este fenómeno, que se observa también en otras economías capitalistas desarrolladas, ha sido destacado por la revista The Economist, que estima que solo en 2025 se heredarán unos seis billones de dólares en las economías avanzadas, y por estudios como el de CaixaBank Research, que señala que el 77% de los hogares del Estado español encabezados por personas de 46 a 64 años poseen vivienda en propiedad, frente a una proporción mucho menor entre los jóvenes.

Expertos como Leopoldo Abadía y Pedro Salas-Rojo advierten que “las aspiraciones del futuro pasan por una nueva disyuntiva: ¿heredas o trabajas?”, y que la caída de la natalidad, la longevidad y la concentración de la riqueza inmobiliaria en la generación del baby boom están modificando el ciclo vital de los jóvenes.

Según la última Encuesta Financiera de las Familias del Banco de España, la riqueza neta de los hogares menores de 35 años cayó un 72,7% entre 2002 y 2022, mientras que la de los mayores de 74 años aumentó un 98,7%.

Salas-Rojo, investigador de la London School of Economics, estima que “alrededor del 70% de la desigualdad en la riqueza hoy en día se debe a factores heredados”.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha reconocido públicamente la agudización de las contradicciones de clase: “Si no lo hacemos, la sociedad va a acabar dividida en dos clases de personas: aquellas que reciben una o varias casas de sus padres y pueden por ello dedicar el grueso de sus ingresos a otros proyectos vitales… y aquellas otras personas que se pasan el día trabajando para poder pagar un alquiler y llegan a la vejez sin ser propietarios de la casa en la que viven”.

Investigadores como Juan C. Palomino, de la Universidad Complutense, subrayan que en el Estado español “la correlación entre ser rico y haber tenido una herencia es muy alta”, y que más del 95% de la riqueza de las clases medias proviene del dinero y los inmuebles legados por padres o abuelos, según la OCDE.

Estas tendencias, según los expertos, están impulsando una “heritocracia” que amenaza con consolidar la desigualdad estructural y a romper la ilusión de la “movilidad social” de las nuevas generaciones.