La edad mediana de la población en la Unión Europea alcanzó los 44,7 años en enero de 2024, según datos de Eurostat. Esta cifra, que indica que la mitad de la población supera ya esa edad, refleja una evolución sostenida en el envejecimiento demográfico: en 2001 la mediana era de 38,3 años, en 2014 subió a 42,5, y en 2021 ya se situaba en 44,1.
El envejecimiento se acentúa especialmente en países como Italia (48,7 años) y el Estado español (45,6 años), donde el aumento ha sido de más de una década desde 1994.
Eurostat también señala diferencias importantes entre la población nativa y la inmigrante. A comienzos de 2024, la edad media de las personas nacidas fuera de la UE era dos años inferior a la de los nativos.
Además, los inmigrantes estaban sobrerrepresentados en el grupo de edad entre los 20 y los 54 años (59,7%, frente al 42,1% en nativos), lo que contribuye a frenar el envejecimiento general y a sostener la población activa en algunos Estados miembros.
En paralelo, la proporción de personas mayores de 80 años ha aumentado del 3,8% al 6,1% en los últimos veinte años.
En contraste, la proporción de menores de 19 años ha disminuido en toda la UE: en 2004 representaban el 22,4% de la población, frente al 20% actual.
Eurostat subraya que el envejecimiento demográfico afecta a todos los países del bloque, con especial intensidad en Grecia, Letonia y Portugal.
Esta tendencia, que también se observa en otras regiones como Japón o Corea del Sur, plantea desafíos estructurales en materia social, económica y sanitaria, y refuerza el debate sobre el papel de la inmigración en la demografía europea.