Praga aprueba reforma que penaliza la promoción del comunismo con hasta cinco años de prisión

La Cámara de Diputados de la República Checa respalda una reforma que equipara la propaganda comunista con la nazi y prevé hasta cinco años de prisión para quienes difundan sus símbolos o ideas, en medio de fuertes críticas por censura y amenazas a las libertades políticas.

Acto del KSČM en la República Checa.
Foto: kscm.cz

La Cámara de Diputados de la República Checa aprobó el 30 de mayo una controvertida enmienda al Código Penal que endurece las sanciones contra la promoción de “ideologías totalitarias”, equiparando el comunismo y el nazismo.

La reforma, impulsada por la coalición gobernante, establece penas de hasta cinco años de prisión para quienes promuevan públicamente la ideología comunista o utilicen sus símbolos, como la hoz y el martillo.

Según recoge Nueva Revolución, la nueva legislación equipara la propaganda comunista con la nazi, argumentando que “ambas ideologías históricamente han conducido a la violencia y la supresión de libertades”.

“Descomunización”

El texto aprobado sanciona tanto la exhibición de símbolos como cualquier forma de promoción ideológica comunista, en un intento por reforzar la narrativa de “descomunización” tras décadas de poder socialista en el país con la República Socialista Checoslovaca.

La medida ha generado una fuerte reacción del Partido Comunista de Bohemia y Moravia (KSČM), que la califica como un ataque a los derechos constitucionales y una forma de censura política.

El KSČM ha anunciado que impugnará la ley ante el Tribunal Constitucional si entra en vigor, argumentando que la reforma es ambigua y podría usarse para silenciar a la oposición política.

La enmienda aún debe ser ratificada por el Senado checo, donde se espera un debate polarizado. De aprobarse definitivamente, la República Checa se sumaría a otros países de Europa del Este como Polonia, Ucrania, Lituania y Letonia, que han adoptado leyes similares para prohibir símbolos y propaganda comunista, equiparándolos con el nazismo.

La polémica reforma se inscribe en un contexto regional de avance del anticomunismo y podría sentar un precedente para otros países que buscan limitar la influencia de organizaciones comunistas.