El ministro del Interior de Alemania, Alexander Dobrindt, ha advertido sobre el “gran aumento de extremistas de derecha registrado el pasado año y del peligro que esto supone para el país”, destacando que más de 50.000 personas han sido identificadas por la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV) como “potenciales extremistas de derecha”, lo que representa un incremento del 23% respecto al año anterior.
Dobrindt califica la cifra como “aterradora” durante la presentación del informe anual de la BfV, señalando que “en los diez últimos años esta cifra se ha más que duplicado” y que 15.300 de estos individuos son considerados “extremistas violentos”, 800 más que el año anterior.
El informe detalla que los actos delictivos con trasfondo de extrema derecha aumentaron un 47,4% en 2024, alcanzando casi 38.000 casos, de los cuales un 3,4% implicaban violencia directa.
Además, el Ministerio del Interior informa que en 2024 se registró “un récord de delitos con motivaciones políticas”, superando los 84.000 casos.
Dobrindt relaciona el auge de la ultraderecha con el crecimiento del partido Alternativa para Alemania (AfD), señalando que 20.000 simpatizantes de la formación han sido clasificados como “potenciales extremistas de derecha”, frente a los 11.300 del año anterior.
Sin embargo, recuerda que AfD ha recurrido judicialmente su reciente clasificación como grupo de extrema derecha y que la decisión final corresponde a los tribunales.
El vicepresidente de la BfV, Sinan Selen, advierte sobre “la radicalización de jóvenes en internet” y la existencia de subculturas online “extremadamente violentas y radicalizadas”, como Jung und Stark y Deutsche Jugend Voran. Estas están compuestas principalmente por jóvenes que, según la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), se caracterizan por ser “poco ideológicas pero extremadamente violentas y radicalizadas”.
Las tendencias mencionadas han sido señaladas frecuentemente por los servicios secretos alemanes como “espacios en los que jóvenes se radicalizan rápidamente a través de internet, desarrollando una disposición a pasar a la acción violenta sin un largo proceso de formación ideológica”. La BfV destaca su papel en la radicalización y movilización de nuevos miembros dentro del espectro de la extrema derecha en Alemania.
“Extremistas de izquierdas”
Sin embargo, los servicios de inteligencia alemanes no dan puntada sin hilo. Esta vez, como viene siendo habitual en el resto de los señalamientos estatales sobre el peligro de la extrema derecha, trae aparejada la criminalización de movimientos sociales y organizaciones políticas de izquierdas o revolucionarias. El informe también señala un ligero aumento de “extremistas de izquierda”, dejando entrever que el Estado tiene fichadas, con nombres y apellidos, entre 37.000 a 38.000 personas consideradas “extremistas de izquierda”. Entre este grupo de personas, los servicios de inteligencia federales consideran como “violentas” a 11.200.
Dobrindt subraya que Alemania enfrenta, además, “amenazas de sabotaje, espionaje y desinformación por parte de actores extranjeros”, afirmando que “el orden constitucional de Alemania se ve amenazado casi a diario”.