Merz exige a la UE un acuerdo comercial urgente con EE.UU. para evitar aranceles del 50%

Berlín pide un pacto in extremis para evitar tarifas y acusa a la Comisión Europea de “complicar las negociaciones”, mientras crece el temor a un acuerdo que perjudique a la industria europea.

Imagen de archivo de Friedrich Merz en el Bundestag.
Foto: @CDU (X)

El canciller de la República Federal Alemana, Friedrich Merz, ha exigido a la Comisión Europea que cierre en cuestión de días un acuerdo comercial con los Estados Unidos de América para evitar la imposición de aranceles del 50% a los productos europeos, una medida que la administración de Donald Trump podría activar a partir del 9 de julio si no hay pacto.

Merz, que ha llevado el asunto a la agenda de la cumbre de líderes de la UE de este jueves, ha calificado la estrategia negociadora de Bruselas de “demasiado complicada” y ha pedido “más urgencia y enfoque” en las conversaciones con Washington, según declaraciones recogidas por Politico y Reuters.

La presión de Merz se produce en un contexto de preocupación creciente entre los Estados miembros por el riesgo de un acuerdo comercial que beneficie sobre todo a Washington. El canciller alemán, junto a Emmanuel Macron y Giorgia Meloni, reclama priorizar la protección de sectores clave como el automóvil, la industria manufacturera, los semiconductores, la farmacia y el acero y aluminio, especialmente afectados por los aranceles estadounidenses. Según datos de la Comisión Europea, el déficit comercial de EE.UU. con la UE alcanzó los 232.000 millones de dólares en 2025, el 19% del total estadounidense.

Temor a un acuerdo “desequilibrado”

La Comisión Europea, responsable de las negociaciones, advierte de que Washington “solo está dispuesto a ofrecer reducciones arancelarias limitadas y sujetas a cuotas”, lejos del acuerdo de “arancel cero” que esperaba Berlín.

Diplomáticos europeos citados por Politico y Reuters temen que cualquier pacto acabe siendo “desequilibrado” y obligue a la UE a hacer aún más concesiones que Estados Unidos, lo que podría generar un fuerte rechazo público en los países europeos más exportadores, como Alemania.