La conciencia ecológica desciende entre jóvenes y personas con menos recursos en el Estado español
El último informe del Observatorio de la Transición Justa señala un retroceso en la preocupación ambiental, especialmente entre menores de 30 años y los sectores más castigados de la clase trabajadora.

La preocupación social por el cambio climático en el Estado español sigue siendo mayoritaria, pero los últimos datos evidencian un descenso notable en la conciencia y el "compromiso ecológico", especialmente entre la juventud y las personas con menos recursos materiales. Según el Informe España 2025 del Observatorio de la Transición Justa, la franja de 18 a 30 años ha pasado de ser la más concienciada a la menos convencida de la existencia del cambio climático, cayendo casi 25 puntos en apenas un año. Aun así, el 75% de este grupo sigue reconociendo la realidad de la crisis climática.
El factor de clase es determinante: quienes afrontan mayores dificultades materiales muestran menor disposición a apoyar medidas como las zonas de bajas emisiones o los impuestos ecológicos, y priorizan cuestiones inmediatas como el empleo, la vivienda o la alimentación. El informe subraya que la falta de recursos limita la capacidad de implicación individual en la transición ecológica, y que las emociones negativas ante el proceso son más frecuentes entre los sectores más proletarizados.
El estudio también señala una brecha de género: las mujeres muestran mayor preocupación y compromiso ambiental que los hombres, y asumen más los llamados "cambios en los hábitos cotidianos". Aunque la mayoría de la población valora positivamente los beneficios de la transición ecológica —como la mejora de la salud y la reducción de la contaminación—, crecen las dudas sobre su impacto social y laboral, y aumenta el respaldo a fuentes de energía convencionales como el gas o la nuclear, en detrimento de la solar y la eólica.
Este retroceso en la conciencia ecológica se da en un contexto de récords climáticos y fenómenos extremos en el Estado español, que refuerzan la evidencia de la crisis climática. Sin embargo, el cansancio social y la percepción de sacrificio excesivo entre los sectores socioeconómicos más castigados están ralentizando la implicación, especialmente entre la juventud y las capas bajas de la clase obrera, según los datos recogidos por RTVE y el Observatorio de la Transición Justa.