El XXI Congreso Nacional del Partido Popular arrancó este viernes en Madrid con la intervención de los expresidentes del Gobierno español, José María Aznar y Mariano Rajoy, quienes coincidieron en la visión de que el PP vuelva a la Moncloa mediante una estrategia basada en “la unidad, la moderación y la centralidad”. Aznar llamó a “concentrar en las siglas del PP la confianza de una mayoría nacional ancha a derecha e izquierda” y advirtió sobre el “sectarismo” y el “atolladero” político actual, mientras Rajoy abogó por un “cambio sustentado en la sensatez y la moderación”, evitando “la revancha” y apostando por la “reconstrucción institucional”.
Durante la primera jornada del congreso, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, agradeció el respaldo de sus antecesores y subrayó el objetivo de “ir juntos a por el futuro que España se merece”. El cónclave, que prevé la reelección de Feijóo como presidente y la aprobación de ponencias políticas y de estatutos sin apenas oposición, también sirvió para formalizar cambios en la dirección del partido, como la incorporación de Miguel Tellado como nuevo secretario general. El evento se desarrolla bajo el lema “Toma partido por España” y en un contexto de críticas al Gobierno de Pedro Sánchez y de debate interno sobre el rumbo del PP.
Según fuentes del partido citadas por EFE, las ponencias presentadas han sido aprobadas por unanimidad tras negociaciones previas, reflejando un clima de consenso interno. El congreso, presidido por el alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, se celebra hasta el domingo y busca consolidar al PP como alternativa de Gobierno, con la mirada puesta en las próximas elecciones generales y en el objetivo de “atraer a votantes de todo el espectro político”.
Analistas políticos y medios como Onda Cero y ElDiario.es interpretan que, al pedir “concentrar en las siglas del PP la confianza de una mayoría nacional ancha a derecha e izquierda”, Aznar insta al partido a ampliar su base electoral y atraer apoyos más allá de su electorado tradicional para lograr “un mandato amplio y legítimo” que permita afrontar los retos institucionales y sociales del Estado español.
Las declaraciones de Rajoy sobre “sensatez y moderación” subrayan la idea de que la dirección del PP intentará ocupar lo que ellos denominan como “centro político”, presentándose como “una alternativa integradora y de Estado”, capaz de unir a sectores “diversos” y “reconstruir la confianza en las instituciones”. Sin embargo, el auge de Vox y la desafección imperante sobre la política institucional plantean serias dudas al respecto.
