El pasado 10 de julio, el presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, y el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, firmaron en la base militar de Northwood la Northwood Declaration, un acuerdo que establece por primera vez la coordinación de sus fuerzas nucleares independientes en caso de amenazas extremas para Europa. Según el comunicado conjunto, “no existe una amenaza extrema para Europa que no provocaría una respuesta de nuestras dos naciones”, reafirmando que “las fuerzas nucleares son independientes, pero pueden coordinarse y contribuir significativamente a la seguridad del conjunto de la Alianza y la estabilidad euroatlántica”.
Ambos líderes aclararon que el acuerdo no supone la fusión de arsenales ni la pérdida de “soberanía nacional”, sino la creación de un grupo de dirección política conjunto para coordinar políticas, capacidades y operaciones nucleares. Starmer declaró: “Esta mañana hemos firmado la Northwood Declaration, confirmando por primera vez que estamos coordinando nuestros disuasivos nucleares independientes”. Por su parte, Macron destacó que “Europa debe poder contar con la colaboración estratégica entre Francia y Reino Unido, las dos únicas potencias nucleares del continente”, en un contexto de “cambios en Europa” y de “amenaza inmediata y apremiante que representa Rusia para la seguridad euroatlántica”.
La declaración conjunta reafirma el “compromiso” de ambos países con el Tratado de No Proliferación Nuclear y con “el refuerzo de la arquitectura internacional de no proliferación”. Sin embargo, el acuerdo llega en un momento de incertidumbre sobre el compromiso de Estados Unidos con la estructura militar europea, y tras años de tensiones bilaterales entre París y Londres. Según el comunicado oficial, “cualquier adversario que amenace los intereses vitales de Francia o Reino Unido podría enfrentarse a la fuerza de las armas nucleares de ambas naciones”.