Los países del G7 ejecutarán el mayor recorte de ayuda al desarrollo desde que existen registros (1960): 28% menos para 2026 respecto a 2024. Según reporta Oxfam Intermón, esta reducción de 44.000 millones de dólares -impulsada principalmente por los Estados Unidos de América (-33.000M), Reino Unido (-5.000M), Alemania (-3.500M) y el Estado francés (-3.000M)- marcará el tercer año consecutivo de caída, tendencia no vista desde los 90.
Las consecuencias son cuantificables: se anticipa que solo en África 5,7 millones de personas adicionales caerán en pobreza extrema durante 2025, proyectándose 19 millones para 2030. La eliminación de programas nutricionales expondrá a 2,3 millones de niños con desnutrición aguda grave a perder tratamientos salvavidas, generando 163.500 muertes infantiles anuales adicionales solo por recortes estadounidenses en alimentación.
Paralelamente, los milmillonarios del G7 acumularon 126.000 millones de dólares en riqueza desde 2025 —casi equivalente al presupuesto total de ayuda del bloque para ese año, 132.000M—. A este ritmo, los más ricos necesitarían menos de un mes para generar los 44.000 millones recortados.
La descompensación también afecta servicios esenciales, y así se refleja en países como Liberia, Haití o Sudán del Sur, —donde la ayuda representaba >40% de presupuestos sanitarios y educativos, se reportan ya colapsos—. La OMS confirma interrupciones graves en 75% de sus oficinas y cierres totales en 25% de los centros de salud en países vulnerables. La ayuda global a nutrición caerá 44% en 2025 frente a 2022.
Esta reducción deliberada ocurre cuando los modelos proyectan 3 millones de muertes evitables anuales por falta de acceso a salud, incluyendo vacunas, atención materna y tratamientos para malaria, tuberculosis y VIH.