Solo el 64% de los trenes de larga distancia en Alemania llegan en hora, según datos publicados por Deutsche Bahn (DB), la operadora ferroviaria estatal del país. Esto significa que uno de cada tres trenes regionales o de alta velocidad presenta retrasos. En contraste, países vecinos como Suiza y los Países Bajos registran niveles significativamente más altos de puntualidad: el sistema ferroviario suizo mantiene un 97% de trenes puntuales, mientras que la red neerlandesa alcanza el 91%, de acuerdo con datos recogidos por sus respectivas operadoras nacionales, Schweizerische Bundesbahnen y Nederlandse Spoorwegen.
Deutsche Bahn opera unos 40.000 trenes al día y gestiona la infraestructura ferroviaria más extensa de Europa. Uno de los factores que agravan los retrasos, según reconoce la propia compañía y documenta la prensa local, es que, a diferencia de las operadoras españolas, francesas o japonesas, los trenes de alta velocidad, regionales y de mercancías comparten la mayoría de las vías en Alemania, lo que genera retrasos en cadena cuando existe alguna avería o incidencia operativa. Además, gran parte de la infraestructura es antigua y está en proceso de obras de modernización, lo que en el corto plazo multiplica los desvíos y la congestión.
Este deterioro del servicio ferroviario alemán se remonta a cambios estructurales introducidos a partir de los años noventa. En ese periodo, el gobierno federal inició una transformación de DB hacia un modelo semi-privatizado, reduciendo el personal, recortando gastos de mantenimiento y aumentando la presión para operar con criterios de rentabilidad en lugar de servicio público. Estas decisiones fueron duramente criticadas en contextos de huelga o movilización sindical, donde los empleados han denunciado la falta de inversiones y la pérdida de condiciones laborales básicas.
En las zonas fronterizas con Suiza, las consecuencias de esta crisis operativa alemana son visibles en la red extranjera. Según la compañía suiza SBB, las estaciones de Basilea SBB y Zúrich HB, ambas conectadas por trenes provenientes de Alemania, son “las que registran mayores niveles de impuntualidad en todo el país”. En declaraciones recogidas por SRF News, autoridades suizas afirman que “el origen de los retrasos suele estar en territorio alemán”.
Ante esta situación, Deutsche Bahn ha asegurado que “está invirtiendo en infraestructura, digitalización y modernización del sistema”, aunque no ha fijado plazos concretos para alcanzar niveles de puntualidad comparables con los estándares europeos. Distintos analistas advierten que, si no se garantiza una inversión sostenida en la red y se revisa el modelo de gestión vigente, Alemania podría “seguir perdiendo competitividad y confianza social en su sistema ferroviario”, según un informe del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW Berlin).