La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, se verá este domingo en Escocia con el presidente estadounidense Donald Trump para negociar los términos de un acuerdo comercial crucial entre la Unión Europea y Estados Unidos, según han confirmado ambas partes oficialmente. La reunión tiene lugar con las negociaciones en su momento más tenso: Trump promete aranceles generalizados del 30% a partir del 1 de agosto a todos los productos importados de la UE, salvo que las partes acuerden una tarifa base―actualmente el borrador contempla el 15%―y la UE acceda a reducir sus propias tasas de acceso a exportaciones estadounidenses.
Mientras tanto, la Bruselas ha dado luz a una batería de represalias de hasta 93.000 millones de euros en productos estadounidenses, que entraría en vigor el 7 de agosto si no se firma un acuerdo, y estudia contramedidas adicionales dirigidas a sectores clave como servicios digitales y financieros en EE.UU.
La automoción y la industria siderúrgica europea, ya de por sí mermados por la presión de los aranceles estadounidenses y la competencia asiática, alertan sobre el impacto económico, y el sector agrícola y otras industrias intentan evitar que la guerra comercial se agrave aún más.
Trump, que declaró a la prensa que la probabilidad de acuerdo es “50-50, quizá menos”, insiste en que cualquier pacto requerirá que la UE “reduzca sus tasas” a los productos norteamericanos, que, según él, “están ahora mismo en el 30%”, aunque desde Bruselas se debate la fórmula exacta y posibles exenciones sectoriales.
El pacto comercial con Japón ha sentado un precedente reciente en este sentido, por lo que este encuentro podría ser decisivo para definir el alcance de la mayor relación económica entre potencias, evitando una nueva escalada arancelaria entre los dos lados del Atlántico.