Líderes de Tailandia y Camboya inician conversaciones de alto el fuego en Malasia

En medio de enfrentamientos que ya han causado más de 35 muertos y desplazamientos de 260.000 personas, las negociaciones buscan detener la violencia y evitar mayores crisis regionales.

Imagen de archivo de conversaciones entre Tailandia y Camboya.
Foto: @trtworld (X)

Las conversaciones de alto el fuego entre Tailandia y Camboya han comenzado este lunes 28 de julio en Putrajaya, Malasia, con la mediación del primer ministro malayo Anwar Ibrahim, presidente de ASEAN. Los líderes de ambos países, el primer ministro camboyano Hun Manet y el primer ministro interino tailandés Phumtham Wechayachai, buscan poner fin a cinco días de enfrentamientos armados que han dejado al menos 35 muertos y provocado el desplazamiento de más de 260.000 personas en ambas naciones.

A pesar de la negociación, el fuego cruzado continuaba en la frontera, principalmente en la provincia de Oddar Meanchey, Camboya, donde la prensa internacional ha reportado un fuerte ataque tailandés. Estos choques comenzaron tras la explosión de una mina terrestre que hirió a cinco soldados tailandeses el jueves 24 de julio, desencadenando una escalada militar en varias zonas fronterizas disputadas, algunas alrededor de templos históricos como Preah Vihear.

Ambas partes se acusan mutuamente de iniciar los ataques, mientras mantienen lazos tensos que se remontan a disputas históricas sobre la frontera colonial marcada por el Estado francés a principios del siglo XX. La situación llevó a la retirada de embajadores y al cierre total de cruces fronterizos por parte de Tailandia, salvo para el regreso de trabajadores migrantes camboyanos.

La urgencia de lograr un acuerdo se ha visto reforzada por la presión internacional, incluida la advertencia del expresidente estadounidense Donald Trump, quien condicionó futuros tratados comerciales a la estabilidad en la región.

Estados Unidos y China están representados como observadores en las conversaciones. Mientras tanto, organizaciones regionales como la ASEAN expresan su “preocupación” por el aumento de víctimas, los desplazamientos y los daños a infraestructuras, solicitando “solución pacífica por diálogo”. En el terreno, miles de refugiados en ambos países claman por el fin del conflicto para regresar a sus hogares, un llamamiento compartido incluso por el papa León XIV.