Tesla firma con Samsung un contrato de 16.500 millones de dólares para producir chips avanzados en EE.UU.

El acuerdo, el mayor en la historia de la fundición de Samsung, permitirá fabricar los chips AI6 de Tesla en Texas hasta 2033.

Imagen de archivo de una reunión de Elon Musk con directivos de Samsung.
Foto: N/D

Tesla y Samsung Electronics han cerrado un contrato de suministro de chips valorado en 16.500 millones de dólares, el mayor en la historia del negocio de fundición de Samsung, según confirmó el CEO de Tesla, Elon Musk, el pasado lunes. El acuerdo asigna la producción exclusiva de los chips de próxima generación AI6 a la nueva planta de Samsung en Taylor, Texas.

Estos chips serán usados para los sistemas de conducción autónoma de Tesla y, potencialmente, para futuras plataformas robóticas. Musk calificó la importancia estratégica del acuerdo como “difícil de sobreestimar”, y señaló que Samsung permitió a Tesla colaborar para maximizar la eficiencia en la fabricación, de acuerdo con reportes publicados por Axios.

Este contrato representa una evolución en la estrategia de Tesla en semiconductores. Actualmente, Samsung fabrica los chips A14 usados en el sistema Full Self-Driving, mientras que Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) producirá los chips AI5 en Taiwán y Arizona.

Los chips AI6, que utilizarán tecnología avanzada de proceso de 2 nanómetros de Samsung, se prevé que entren en producción tras finales de 2026, cuando inicie la fabricación de los chips AI5. Musk también indicó que supervisará personalmente la producción en la planta de Texas, “no lejos de mi casa”, según sus propias palabras.

Por su parte, Samsung recibe un impulso estratégico para su división de fabricación por contrato, la cual enfrentó pérdidas estimadas en más de 3.600 millones de dólares en la primera mitad de 2025. La cuota de mercado global de Samsung en fundición es de apenas un 7,7%, frente al dominio del 67,6% de TSMC.

El contrato con Tesla equivale al 7,6% de los ingresos proyectados por Samsung en 2024 y podría revitalizar la planta de Taylor, que enfrentaba dificultades para captar clientes importantes. Además, el acuerdo tiene implicaciones geopolíticas en un momento de fuerte tensión comercial entre Estados Unidos y Corea del Sur, ya que el contrato fue inicialmente divulgado por Samsung en documentos regulatorios sin identificar a Tesla para cumplir con la confidencialidad vigente hasta 2033.