El Ejército Popular de Liberación de China ha celebrado este miércoles un masivo desfile militar en la Plaza de Tiananmen (Pekín) para conmemorar el 80.º aniversario de la victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra Japón y la Segunda Guerra Mundial Antifascista. Durante alrededor de 70 minutos, han desfilado 45 unidades militares —incluyendo ramas clásicas y tecnologías emergentes— y se han exhibido tanques, aeronaves, drones de combate con inteligencia artificial, y por primera vez, misiles que conforman la tríada nuclear estratégica nacional, como parte de un mensaje inequívoco sobre el alcance militar chino ante las tensiones internacionales.

El desfile ha estado encabezado por el presidente Xi Jinping, acompañado por Vladimir Putin, Kim Jong Un y alrededor de 30 líderes extranjeros. Xi ha realizado un ejercicio de memoria histórica, reivindicando el papel central del pueblo chino en la victoria antifascista y "la defensa de la civilización", mientras advirtió que “la humanidad se enfrenta hoy a la disyuntiva entre paz y guerra, diálogo o confrontación”. La cita, marcada por una gran presencia internacional y medidas de seguridad extraordinarias, escenifica el nuevo eje de poder global y la fractura con Occidente, en plena guerra comercial y crisis diplomáticas.

Entre los sistemas exhibidos destacan misiles intercontinentales hipersónicos DF-41 y DF-61, tanques con protección activa antidrones y el lanzacohetes PHL-16. Además de los misiles, tanques y sistemas no tripulados, el Ejército Popular de Liberación exhibe por primera vez armas láser de defensa antiaérea, incluyendo un potente sistema móvil capaz de interceptar misiles y drones. Este láser, descrito por fuentes militares citadas por SwissInfo como el "más potente del mundo", forma parte del nuevo arsenal nacional presentado junto con los misiles intercontinentales, drones submarinos y helicópteros de nueva generación, dejando entrever el avance tecnológico de China en sistemas de energía dirigida y defensa avanzada.

La ceremonia, retransmitida con retraso para controlar su difusión, ha sido interpretada por analistas como una demostración de fuerza para consolidar la posición de China y sus aliados en el nuevo contexto multipolar postocidental proyectado en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái, celebrada esta semana.