Brasil ha comenzado a intensificar su cooperación militar con China, con la presencia de oficiales de alto rango brasileños colaborando estrechamente en la Embajada en Pekín, según declaró Celso Amorim, jefe de la Asesoría Especial de la Presidencia de Brasil. Amorim afirmó a O Globo que el envío de un general como agregado militar a Pekín "significa que el país está listo para intensificar la cooperación", reflejando un cambio estratégico clave en las relaciones bilaterales en el ámbito militar. Esta cooperación creciente considera factores geopolíticos, incluida la presión comercial creciente que ejerce Estados Unidos para condicionar la política interna brasileña, imponiendo aranceles de hasta el 50% sobre ciertos productos, afectando la economía del país sudamericano.

En los últimos meses, China y Brasil han fortalecido acuerdos militares y tecnológicos, incluyendo la posible producción local de armamento y sistemas de vigilancia. Diversos informes señalan la implicación de empresas chinas como Norinco en proyectos estratégicos brasileños, así como la participación conjunta en maniobras militares. Todas estas iniciativas forman parte de una estrategia china que busca ampliar su influencia militar en América Latina mediante el desarrollo de capacidades y alianzas con países clave como Brasil, el segundo país más grande del continente americano y tercero en relación al tamaño de su economía.

El fortalecimiento de la cooperación se enmarca, además, en un tenso contexto global donde la rivalidad de Estados Unidos con China se entrelaza regionalmente con las amenazas de invasión contra Venezuela por parte de Washington. Así, Brasil busca posicionarse como un socio cada vez más estratégico para Pekín en América del Sur.

La coordinación en foros multilaterales como BRICS y la oposición conjunta al proteccionismo y las amenazas estadounidenses muestran que Brasil y China buscan una asociación multifacética que abarque desde lo comercial hasta la defensa, en un momento en el que la presencia y liderazgo estadounidense en América Latina enfrenta serios desafíos.

Algunos analisas internacionales señalan que este acercamiento militar de Brasil hacia el gigante asiático representa un fracaso de la estrategia diplomática de la administración Trump, cuya agresiva guerra arancelaria estaría lanzando a un número cada vez mayor de países a los brazos de Xi Jinping. Mientras tanto, las potencias más fieles a Washington, como la Unión Europea, resultan cada vez menos temibles.