La aerolínea Ryanair anunció el cierre de su base en Santiago de Compostela (A Coruña, Galiza) para el próximo 26 de octubre, decisión que mantiene en incertidumbre el futuro laboral de casi un centenar de trabajadores de tierra, quienes no han recibido aún información clara sobre su situación futura, según recoge El País. Cerca de otros 120 empleados de vuelo han sido informados y se les ofrece traslado a otras bases, aunque algunos contemplan abandonar la empresa tras años de arraigo familiar y estabilidad en Galiza. El cierre se enmarca en un proceso de reducción de operaciones en el territorio, con la cancelación de rutas y frecuencias en aeropuertos de Vigo y Santiago, lo que se traduce en más de un millón de plazas menos y pérdida de inversiones estimada en 200 millones de dólares.

La decisión ha generado indignación entre trabajadores, viajeros y autoridades locales. Usuarios denuncian que la eliminación de rutas afectará especialmente a la comunidad gallega, con importantes consecuencias en las conexiones entre Galiza y Canarias, donde residen numerosas familias divididas por el traslado de vuelos. El alcalde de Vigo, Abel Caballero, calificó a Ryanair de “no gente seria” y apoyó la no renovación de contratos públicos a la aerolínea. Asimismo, la Xunta de Galicia responsabilizó a Aena por priorizar beneficios y subir las tasas aeroportuarias, afectando especialmente a aeropuertos medianos y pequeños como Lavacolla.

Ryanair atribuye el cierre a las “tasas aeroportuarias excesivas y poco competitivas” de Aena, que harían "inviables" muchas rutas estatales, y anuncia el cierre de bases en Vigo y Santiago, así como reducción de capacidad en otros aeropuertos.

Mientras tanto, sindicatos como la Confederación Intersindical Galega (CIG) alertan del impacto laboral y social del cierre, reclamando planes estratégicos para los aeródromos gallegos y apoyo para los trabajadores afectados, quienes reciben el respaldo mayoritario de los viajeros ante la incertidumbre creada por la decisión de la aerolínea.