CCOO y UGT firmaron convenio de 40 horas con Mercadona mientras negociaban reducción de jornada
Mientras los sindicatos fingen "presionar" por la reducción legal a 37,5 horas, acordaron mantener la jornada de 40 horas en Mercadona en un convenio que condiciona la reducción a lo que diga el Congreso.

Mercadona, la joya de la corona empresarial de los supermercados del Estado español, firmó a finales de 2023 un convenio colectivo con CCOO, UGT y el Sindicato Independiente que mantiene la jornada anual máxima de 1.824 horas, equivalente a 40 horas semanales, para sus más de 100.000 trabajadores.
Aunque el convenio incluye el "compromiso de reducir la jornada durante 2025", no establece una disminución inmediata, y mantenía la planificación actual de 40 horas. Este acuerdo se tomó cuando, en paralelo, el Gobierno español, a través del acuerdo entre PSOE y Sumar impulsado por Yolanda Díaz, promovía una reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales, que ha sido finalmente rechazada por el Congreso de los Diputados.
El convenio pactado, que sigue en vigor, incluye una subida salarial ligada al IPC y a beneficios empresariales de hasta el 6%, junto con iniciativas para "mejorar la conciliación y redistribuir turnos y descansos", especialmente en los departamentos logísticos, además del "compromiso" de "estudiar" la reducción progresiva de la jornada en un Observatorio específico. Sin embargo, fuentes sindicales reconocen que la reducción concreta y real está supeditada al avance de la regulación estatal y a la conclusión de la tramitación parlamentaria para la reducción formal a 37,5 horas-
Esta disonancia entre el activismo sindical ante las Cortes y el convenio firmado con Mercadona evidencia una contradicción entre la aparente "presión" institucional por una jornada más corta y la práctica sindical en la mesa de negociación, donde no dudan en estrechar la mano con la burguesía para mantener la jornada tradicional de 40 horas.
La reducción efectiva del tiempo de trabajo en Mercadona depende de que la normativa estatal avance, pero ante la desmovilización de los trabajadores que impulsa la concertación desde la cúpula de CCOO y UGT por un lado y el fracaso de la estrategia parlamentarista de Sumar por el otro lado, la medida enfrenta retrasos y bloqueos legislativos, mientras la mayoría obrera sigue sin percibir mejoras reales en sus condiciones.