Según un análisis del portal inmobiliario Fotocasa, los inquilinos que comparten piso con más de cuatro personas se han duplicado en el último año en el Estado español, alcanzando el 14% del total, frente al 6% registrado en 2024. La mayoría, el 74%, sigue compartiendo vivienda con entre uno y tres compañeros, con un 25% conviviendo con tres personas, un 28% con dos y un 21% solo con otro compañero. Esta situación vuelve a poner de manifiesto la creciente dificultad para acceder de manera individual o en familia a viviendas asequibles y de calidad.

Asimismo, del total de inquilinos, un 44% vive con sus padres y un 30% con personas no familiares, mientras que apenas un 10% convive con pareja e hijos. La demanda de alquiler individual se mantiene estable alrededor del 9%, y solo un 3% busca alquilar una habitación.

Esta configuración responde a la precaria situación de la mayoría de inquilinos, el aumento constante de los precios y la escasez de vivienda disponible a un precio asequible, especialmente para jóvenes y sectores depauperados de la clase trabajadora.

Las cifras se enmarcan en una crisis de vivienda estructural en el Estado español, caracterizada como nicho de negocio muy rentable, un déficit acumulado de cientos de miles de viviendas desde el punto de vista del uso social, cantidad testimonial de vivienda social y desahucios.

La Comisión Europea, el Instituto Nacional de Estadística y otros organismos alertan de la alarmante situación, que amenaza con agravar esta crisis social si los precios se mantienen o suben.