El expresidente del Gobierno español y del PP, José María Aznar, defendió este miércoles la ofensiva genocida del Estado de Israel en Gaza, a pesar de que la ONU ya ha reconocido oficialmente que esta ofensiva militar es efectivamente un genocidio. Aznar afirmó que la situación en Oriente Medio es “más segura ahora” y advirtió que “si Israel perdiese lo que está haciendo sería poner al mundo occidental en el borde de la derrota total” durante la inauguración del Campus FAES en Madrid.

Aznar, en su momento responsable máximo de la intervención española en la guerra de Irak, señaló que conflictos en la región como la supuesta proliferación nuclear en Irán y Arabia Saudí, o la presencia de organizaciones como Hezbollah y Hamas representarían "amenazas para la estabilidad global". Además, vinculó directamente la situación de Gaza con la guerra en Ucrania, afirmando que "si Rusia ganase y a la vez Israel perdiese, el mundo occidental se enfrentaría a un grave riesgo de colapso", una reflexión que puso sobre la mesa como cuestión estratégica para las potencias europeas y el conjunto del mundo occidental.

En cuanto a la política interna del Estado español, Aznar acusó al Gobierno de Pedro Sánchez de usar la causa palestina para desviar la atención de sus problemas de corrupción, afirmando que a Sánchez “no le importan mucho los palestinos” sino “estar un día más” en el poder. Criticó también la falta de apoyo del Ejecutivo a otras causas internacionales, como el pueblo saharaui y la oposición venezolana, subrayando "la necesidad de una política exterior basada en el análisis estratégico de lo que conviene al país y no en transformar políticas domésticas en políticas externas".

El acto de FAES, que suele congregar a importantes figuras de la intelligentsia de la derecha española, con algunas ausencias reseñadas por la prensa española, y terminó con Aznar anunciando su próximo libro, Orden y libertad, en el que abordará cinco poderes clásicos: demografía, economía, militar, tecnológico y cultural, junto con críticas a la situación actual de Europa y el Estado español, señalando un “invierno demográfico” y su vinculación con el auge de "extremismos políticos".