Una filtración masiva de mensajes de un grupo privado de Telegram entre líderes jóvenes del Partido Republicano estadounidense ha destapado expresiones abiertas de racismo, judeofobia, violencia y apología del nazismo. En sus intercambios, recopilados por Politico, los miembros del partido de Donald Trump utilizaron insultos contra personas negras, latinas y asiáticas, bromearon sobre la persecución y asesinato de opositores políticos en cámaras de gas y celebraron figuras como Adolf Hitler.

Entre los participantes, que incluyen vicepresidentes y presidentes de filiales estatales, se documentan amenazas de tortura psicológica, llamados a “acabar con los que no sean creyentes verdaderos”, elogios a la esclavitud y hasta sugerencias de acoso extremo contra rivales políticos. Algunas de las frases más grotescas incluyen “todos los que voten no van a la cámara de gas” y “me encanta Hitler”, en un entorno percibido como privado, donde circulan fácilmente estas ideas entre miles de personas.

El impacto público ha sido inmediato. Varios involucrados han sido cesados o han recibido sanciones internas y externas, mientras políticos relevantes “condenan enérgicamente” el comportamiento y se exigen dimisiones inmediatas. La Federación Nacional de Jóvenes Republicanos se declara “consternada” por la investigación y pide la salida de los responsables para preservar la integridad del partido, donde el fascismo se está normalizando.

El caso expone la fascistización de la derecha estadounidense, donde discursos filonazis circulan con naturalidad y sin filtros, demostrando la incidencia continuada del fascismo en el entorno de Trump y el republicanismo en general.