Pedro Sánchez y Yolanda Díaz negocian que el PSOE y Sumar concurran juntos en una treintena de provincias donde Sumar se quedó sin representantes en las últimas elecciones generales. La intención declarada es "rescatar votos dispersos que habitualmente han favorecido al PP". Los representantes políticos de ambas formaciones declinan hacer declaraciones por ahora, pero fuentes internas consultadas por El Confidencial aseguran que la iniciativa se encuentra en fase inicial, aunque con visos de avanzar en los próximos meses.

Esta alianza estaría dirigida fundamentalmente a provincias del centro peninsular —como Salamanca, Valladolid o León—, donde el PSOE y Sumar podrían recuperar algún que otro diputado restando al PP, de forma homóloga al plan de Gabriel Rufián de unir los espacios políticos autonomistas periféricos. Sin embargo, Madrid, Catalunya y València quedarían al margen de esta estrategia electoral, preservando marcas como Más Madrid, Compromís o los Comunes, que aún mantienen cierta consistencia.

Mientras Yolanda Díaz ve el plan con buenos ojos, algunos analistas políticos advierten que la maniobra podría consolidar la fagocitación de Sumar por parte del PSOE, con una pérdida acelerada de apoyos y limitaciones para marcar perfil propio, como se ha podido comprobar en el Gobierno de coalición. No le quedan muchas más opciones, puesto que su difícil conciliación con Podemos multiplica la pérdida de las escasas fuerza electorales que le quedaba.

Sin embargo, el hipotético acuerdo electoral tendrá que pasar aprobaciones internas en ambos sentidos. En Izquierda Unida, pueden temer perder peso en provincias donde, a diferencia de Sumar, sí que cuentan con estructuras propias. En cuanto al PSOE, algunos sectores pueden mantener sus reservas por tener que ceder puestos en las listas a miembros de Sumar. Aunque estas contradicciones se resolvieran en favor de un acuerdo, expertos en demoscopia consideran que la fórmula podría valer, a lo sumo, en algunas circunscripciones con diferencias de votos ajustadas, aportando entre 2 y 5 diputados a la izquierda, pero sin capacidad para revertir el balance general.

El pasado histórico de pactos electorales similares del PSOE e IU no auguran resultados muy halagüeños. Algunos comentaristas coinciden en que, incluso con un acuerdo "exitoso", el cambio en escaños sería insuficiente para alterar la correlación con PP+Vox, por lo que solo serviría para consolidar la absorción de la izquierda española en las filas del PSOE.