Multinacionales aceleran despidos masivos entre la automatización y la crisis económica
Gigantes como Amazon, UPS y Nestlé despiden a miles de trabajadores, mientras la inversión en inteligencia artificial y automatización redefine el mercado laboral.
Una ola masiva de despidos sacude a la clase trabajadora de grandes empresas multinacionales en los Estados Unidos de América y Europa, con recortes destacados en Amazon, UPS y Nestlé, que ya han anunciado la eliminación de hasta decenas de miles de puestos. Esta tendencia se debe, según expertos, a combinaciones de presión económica por la competencia, la decisión empresarial de reducir gastos y la extensión de la automatización y tecnologías basadas en inteligencia artificial para reemplazar trabajadores, especialmente en roles administrativos y operativos.
Amazon, que planea eliminar hasta 30.000 empleos corporativos, y UPS, con otros 48.000 despidos, están impulsando transformaciones estructurales en el sector de paquetería, cuyo objetivo es la rentabilidad para los dueños de la empresa, no la estabilidad laboral. Así, se externalizan servicios y reducen contrataciones. Nestlé y otras empresas europeas suman miles de despidos más, apuntando a un contexto reestructuración internacional que afecta tanto a sectores tecnológicos como industriales tradicionales.
Con el avance de la inteligencia artificial, el mercado laboral se reconfigura para poder seguir produciendo ganancias; primero, a costa de eliminar empleos administrativos y de oficina. Mientras tanto, el mercado laboral estadounidense muestra síntomas de crisis, mientras el sector tecnológico experimenta simultáneamente crecimiento y despidos, una paradoja que desmuestra la coincidencia entre innovación y precariedad laboral bajo el capitalismo. Los economistas ya alertan sobre un posible aumento acelerado de despidos que podría ampliar la desigualdad y la vulnerabilidad de amplios sectores de la clase trabajadora.
El fenómeno internacional preocupa a sindicatos y movimientos sociales, que advierten sobre el impacto devastador de estos "ajustes" sobre millones de trabajadores. Los beneficios corporativos crecen al ritmo que se pierden empleos, mostrando una vez más la contradicción entre capital y trabajo.