Los Estados Unidos de América y la República Popular China han dado este jueves un paso hacia la distensión comercial, firmando un acuerdo que incluye la reducción de los aranceles estadounidenses sobre productos chinos del 20 al 10 %, a cambio de que Pekín se comprometa a reforzar el control sobre el tráfico de fentanilo, según informan las delegaciones de ambos países ante la prensa internacional. Las medidas se han anunciado justo después de una reunión bilateral en la base aérea de Gimhae, en la ciudad surcoreana de Busan, dentro de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).

El presidente estadounidense Donald Trump destaca que su homólogo chino, al que califica de “duro negociador”, “trabajará muy duro” para detener el flujo de opioides sintéticos hacia el país norteamericano, y confirma que el encuentro también ha dado lugar a la reanudación inmediata de las compras chinas de soja y a la eliminación de restricciones a la exportación de tierras raras, materiales esenciales para la industria tecnológica y armamentística. El mandatario estadounidense recalca que ambos países discutirán próximamente la venta de chips de la empresa estadounidense Nvidia al mercado chino y que “se han eliminado los principales obstáculos” para un futuro acuerdo comercial más amplio.

Por su parte, el presidente Xi Jinping ha subrayado el carácter “constructivo” de la reunión y asegura que “es normal que las dos principales economías del mundo tengan fricciones de vez en cuando”, según recoge South China Morning Post (SCMP). Xi defiende que el destino económico de China “va de la mano” con la “visión de prosperidad” estadounidense, expresando su disposición a “mantener una relación de cooperación estable y predecible”.

En consecuencia, ambos líderes mundiales han coincidido en que no les interesa una una escalada comercial y tecnológica mayor que amenace la economía internacional, después de que los controles chinos sobre la exportación de minerales estratégicos y la política arancelaria estadounidense hacia el gigante asiático hayan encendido las alarmas en los mercados.

Trump también ha adelantado que viajará a China en abril del año que viene, mientras que Xi visitará Estados Unidos más adelante ese mismo año. Las dos partes califican la reunión como “un paso positivo” hacia la normalización de sus relaciones tras años de tensiones. Sin embargo, expertos señalan que el presente acuerdo supone una tregua dentro de la competencia sistémica entre las dos principales potencias mundiales.