El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido por tercera reunión consecutiva mantener los tipos de interés de referencia en el 2 %. El organismo monetario justifica la decisión en la "estabilización de la inflación cerca del objetivo del 2 %", mientras la economía del euro mostraría "resiliencia". En sus palabras, esto se debería un supuesto "vigor del empleo" y el balance privado. Sin embargo, el BCE recalca que persisten tensiones internacionales y comerciales que amenazan el crecimiento, así como incertidumbres ligadas a conflictos internacionales.

La presidenta Christine Lagarde declara que la zona euro "está en un buen lugar, que no es inamovible", reafirmando, como viene siendo habitual, que el BCE tomará sus decisiones "reunión a reunión" en función de los datos económicos actualizados, y que no se compromete "de antemano con ninguna senda concreta de tipos". Por ello, mantiene en el 2,15 % el interés de las operaciones principales de financiación y en el 2,40 % los préstamos a un día.

Durante 2024, el BCE recortó hasta ocho veces sus tipos tras varios años de incrementos; desde junio, opta por la pausa, introduciendo intención de esperar y ver el impacto de sus anteriores decisiones. Los economistas coinciden en que el escenario de aparente "estabilidad" actual no garantiza bajadas ni subidas inmediatas, y que cualquier cambio dependerá de las "amenazas externas" y de las futuras cifras de inflación.​

La política monetaria del BCE contrasta con la de otros bancos centrales internacionales, como la Reserva Federal estadounidense y el Banco de Japón, que siguen buscando estabilizar sus respectivos mercados frente al endurecimiento del comercio internacional y la guerra de divisas. En el Eurogrupo, se remarca que el tipo del 2 % es "neutral", y debería sostener la financiación empresarial y el empleo, salvo que se sucedan nuevas turbulencias internacionales.