Vox desata una campaña de acoso contra una periodista por defender a los antifascistas de Iruñea
Amenaza con deportar a Laura Arroyo, periodista peruana de Canal Red, tras sus declaraciones en Televisión Española sobre la respuesta antifascista en Nafarroa.
            
        La periodista y politóloga Laura Arroyo, colaboradora de Canal Red, está siendo objeto de una nueva campaña de acoso y señalamiento por parte de sectores fascistas y ultraderechistas, que escaló este fin de semana cuando Vox pidió públicamente su deportación desde su cuenta oficial en X (anteriormente Twitter).
El hostigamiento mediático se produjo tras su intervención en el programa Malas Lenguas de RTVE, conducido por Jesús Cintora, donde Arroyo valoró positivamente las protestas antifascistas de Iruñea (Nafarroa) contra el intento de Vito Quiles de intervenir en la Universidad de Navarra. “Nos han dado una excelente lección de antifascismo. Lo que hemos visto en Navarra es cómo se detiene a quienes difunden discursos de odio y racismo”, afirmaba la periodista.
A raíz de sus palabras, numerosas cuentas de extrema derecha se han lanzado en una tromba de odio en redes sociales, por su condición de mujer migrante peruana. La ofensiva alcanzó un nuevo nivel cuando la cuenta oficial de Vox —tercer partido con mayor representación parlamentaria en España— compartió un mensaje del agitador fascista conocido como “Sr. Liberal”, añadiendo:
“Los que propagan odio y violencia… también se van. Todos”.

Este mensaje, interpretado como una amenaza velada de deportación, ha sido denunciado en redes por organizaciones organizaciones antirracistas, feministas y algunos periodistas, que alertan del riesgo de este tipo de señalamientos políticos desde formaciones institucionales, que cuentan con un amplio altavoz mediático.
Pese a la gravedad del hecho, las reacciones públicas de dirigentes políticos y asociaciones de prensa han sido puntuales. La comparación con otros casos donde se han generado escándalos por el simple hecho de criticar a periodistas de derechas o de medios de masas consolidados, evidencia una doble vara de medir frente al hostigamiento de trabajadores de la información, especialmente cuando estos son antifascistas y de origen migrante.