La COP30 comienza este lunes en Belém, Brasil, en un momento de "claro retroceso" de la llamada "agenda climática". La salida de los Estados Unidos de América del Acuerdo de París, bajo la administración de Donald Trump, ha supuesto un "mazazo para el multilateralismo", creando un contexto diplomático difícil para las negociaciones. Olga Alcaraz, directora del Grupo de Gobernanza del Cambio Climático de la Universitat Politècnica de Catalunya consultada por RTVE, explicó que, siguiendo a EE.UU., gran parte de los países del mundo han "quitado el pie del acelerador".

Esta cumbre servirá para medir los nuevos planes de "reducción de emisiones" (NDC) que los países deben presentar para 2035. Sin embargo, un informe de la ONU citado por los medios españoles concluye que, aunque hay avances, estos no van "al ritmo necesario" y las nuevas NDC han "contribuido poco a acelerar el progreso". Según los datos, con los planes actuales las emisiones se reducirían solo un 10% para 2035, muy lejos del 60% necesario para limitar el calentamiento a 1,5 °C. Alcaraz alertó: "Ya casi va a ser imposible conseguir estabilizar el aumento en 1,5 grados".

Entre los mayores emisores, la situación es crítica. Climate Action Tracker, citado como fuente, califica el objetivo de China de llegar a cero emisiones netas en 2060 como "muy insuficiente". La Unión Europea también presenta un plan "insuficiente". Expertos señalan que la UE llega a Brasil con una posición de debilidad por divisiones internas, y que Bruselas y Pekín no van a cubrir el hueco dejado por EE.UU. Marta Torres Gunfaus, del Instituto para el Desarrollo Sostenible y las Relaciones Internacionales (IDDRI), añade que, pese a todo, para ambos bloques "la agenda climática es una agenda económica".

Con esta visión menos optimista que en las anteriores cumbres, las expertas consultadas consideran que el encuentro no se medirá por un acuerdo concreto, sino por "la capacidad de generar una posición común". Torres Gunfaus considera que un fracaso claro sería no tener "una narrativa muy clara de qué hacemos con estos planes de mitigación que no son suficientemente ambiciosos". La cumbre también tendrá que concretar la financiación climática acordada en Bakú y abordar "la protección del Amazonas", con la anfitriona Brasil impulsando el recién lanzado Fondo de Bosques Tropicales por Siempre.