El Estado francés registra alrededor de 1.300 muertes laborales
El último informe de la Seguridad Social francesa revela la cifra más alta de víctimas mortales en el trabajo en dos décadas, con un subregistro masivo ocultado por empresarios para evitar sanciones.
El Estado francés ha registrado al menos 1.297 muertes laborales durante 2024, la cifra más alta en veinte años según el último informe de la Assurance maladie. Los datos oficiales recogen 764 trabajadores fallecidos en accidentes laborales directos, 318 en desplazamientos y otros 215 por enfermedades profesionales, totalizando 716.475 siniestros laborales de reconocidos de los 761.306 declarados.
Los sindicatos franceses denuncian que estas cifras, ya de por sí dramáticas, ocultan un subregistro masivo sistemáticamente perpetrado por los empresarios para evitar sanciones y reducir sus primas de seguros. La evasión de responsabilidades de la patronal distorsiona la verdadera magnitud de la sangría laboral que padece la clase obrera francesa, donde las manipulaciones manuales y las caídas siguen siendo las principales causas de muerte evitable en el trabajo.
El récord de mortalidad laboral bajo el Gobierno de Emmanuel Macron evidencia el fracaso de las políticas de "desregulación y flexibilización normativa" que han debilitado la protección de los trabajadores a pesar del rápido avance de la tecnología. Hoy por hoy, la presión por la "productividad" y la reducción de costes laborales se traduce en recortes en prevención de riesgos laborales y en la generalización de prácticas empresariales que priorizan el beneficio sobre la vida humana, lo que se traduce en muertes obreras diarias.
El caso francés vuelve a mostrar una tendencia general donde la precarización laboral y el debilitamiento de la inspección de trabajo convierten los centros de trabajo en auténticas máquinas de matar trabajadores. Las 1.297 muertes registradas en el Estado frances —la punta del iceberg— dan fe de ello.