Podría decirse que Altri, junto con Alfonso Rueda, fue el regalo de despedida de un Alberto Núñez Feijóo que se embarcaba hacia la cerrera presidencial en Moncloa. El proyecto, pese a su opacidad, fue apoyado en un principio por todo el arco parlamentario burgués desde el BNG hasta el Partido Popular.

El monstruo de Altri sería una descomunal fábrica de celulosa que ocuparía 500 campos de fútbol en Palas de Rei, consumiría 46 millones de litros de agua, vertería 30 millones de litros de agua directamente al Río Ulla, tendría una chimenea de 75 metros de altura de la cual saldrían gases tóxicos asociados a la lluvia ácida como el óxido de azufre, tendría 12,5 km de redes de tuberías que atravesarían directamente la Rede Natura 2000 y traería consigo la masiva plantación de eucalipto para alimentarse.

Los promotores son nada más y nada menos que Greenalia, empresa que ha servido de puerta giratoria a la exconselleira de Feijóo Beatriz Mato y la multinacional portuguesa Altri, con Jose Soares da Sousa, cuyo historial empresarial cuenta con lindezas curriculares como el haber pasado por The Dow Chemicals Company empresa responsable del infame desastre de Bhopal en la India, donde un vertido en una fábrica de pesticidas dejó tras de si más de 20.000 muertos y 600.000 afectados o de las últimas y devastadoras olas incendiarias en Portugal, donde su empresa es una de las mayores impulsoras del monocultivo de eucalipto que invade los bosques portugueses.

Pese a ello, quienes no se han dejado embaucar por los cantos de sirena de la industria ecocida ha sido el movimiento ecologista gallego, quien, con la Plataforma Ulloa Viva a la cabeza ha conseguido a través de una lucha incesante que los partidos de la izquierda burguesa hayan tenido que dar un giro de 180º: BNG y PSOE han tenido que rectificar para no perecer en las urnas. El movimiento ecologista ha conseguido que el primero de estos partidos emplee como baluarte este conflicto con el fin de capitanear un efecto similar al Nunca Máis, que llevó al BNG a sostener con el PSOE un frágil y poco ambicioso gobierno bipartito, y al PSOE a verse obligado a negarle la subestación eléctrica a Altri. Incluso el repuesto defectuoso de Feijóo, Alfonso Rueda, ha tenido que asumir el asunto Altri como parte de una agenda que ya no es prioritaria por el momento. El movimiento ecologista ha sido un ejemplo de altura de miras con cuya lucha ha puesto en jaque a todos los políticos profesionales.

Sin embargo, Altri y su monstruosa fábrica aún respiran: pese a estar herido, el proyecto no deja de estudiar otras formas para instalarse siendo una opción no descartable la utilización de la planta de ENCE en Pontevedra. Debemos recoger todo este legado de lucha y ser capaz de extenderlo para enfrentar a un sistema que sólo emplea al medio natural como fuente de beneficio privado y conseguir que la lucha contra Altri sea una de las aristas contra todo el frente ecocida del capital. Este frente capitalista ya ha hecho estragos como el de la Mina de Touro, el cual pretende ser reabierto junto con los proyectos mineros de Doade o a Gudiña al calor de la nueva carrera belicista de un capitalismo descompuesto por la apropiación de Materias Primas Críticas.

No hay duda alguna, de que el horizonte de un modo de producción tan destructivo coloca y colocará a la lucha ecológica como una punta de lanza de un proyecto político revolucionario, donde las cuestiones tan básicas como la mera existencia de la humanidad o de la vida están en juego. Desde la tierras quemadas de Ourense hasta las contaminadas aguas de la Ria do Burgo el eco de la famosa consigna de “Socialismo o barbarie” resuena cada vez más  viendo el inhabitable planeta al que la industria capitalista nos dirige sin freno alguno. Si queremos un futuro debemos ser capaces de plantear una alternativa integral e independiente a este sistema, donde la industria sirva al bienestar social y no a la avidez de ganancia de un puñado de propietarios parásitos. En manos de los intereses de los políticos profesionales, a izquierda y derecha, sólo existe el frío cálculo del rédito electoral y la carrera política. Sus giros de guión no son más que oportunismo del que además se olvidan cuando llegan al poder. Necesitamos una política propia.

Por lo pronto, para enviar al proyecto de Altri de manera definitiva al basurero de la historia este domingo es una fecha de suma importancia, ya que tendrá lugar una manifestación nacional en Santiago de Compostela. Será aquí donde digamos una vez más junto con todos los movimientos de base: Altri Non!