La Unión Europea ha aprobado este viernes, con carácter de urgencia, la creación de un nuevo instrumento financiero conjunto dotado con 90.000 millones de euros para los próximos dos años. El paquete será financiado mediante emisión de deuda común, siguiendo el modelo implementado durante la pandemia con el fondo Next Generation EU, y busca amortiguar los efectos de la ralentización económica.

Según fuentes comunitarias, los préstamos estarán disponibles a partir del primer trimestre de 2026 y se canalizarán hacia los Estados miembros más vulnerables a las tensiones inflacionarias y al encarecimiento de la energía y los alimentos. La Comisión Europea será la encargada de gestionar el endeudamiento y la distribución, mientras que el Parlamento Europeo tendrá un papel limitado en la supervisión del mecanismo.

Aunque la medida ha sido presentada como una “respuesta solidaria y temporal”, su aprobación ha reabierto un debate profundo sobre la gobernanza económica de la UE. Países como Alemania, Países Bajos y Finlandia mostraron reservas por el riesgo de convertir la deuda común en un instrumento estructural permanente. “No podemos habituarnos a financiar cada problema con más deuda compartida”, afirmó un diplomático del norte europeo bajo anonimato.

Por el contrario, los gobiernos del sur defendieron la decisión como una herramienta necesaria para garantizar estabilidad y cohesión, en un contexto de endurecimiento de las políticas monetarias y de reducción de los márgenes fiscales estatales. En palabras del comisario de Economía, Paolo Gentiloni, “la respuesta europea debe ser colectiva, no fragmentada; este instrumento es una inversión en confianza mutua”.

Sin embargo, varios economistas advierten de los riesgos políticos y económicos del endeudamiento conjunto. El mecanismo podría incrementar la exposición de la UE a los mercados financieros y reforzar las tensiones entre las economías más endeudadas y las más "ortodoxas fiscalmente". Además, la ausencia de una política fiscal común real mantiene viva la incógnita sobre quién asumirá las responsabilidades si los tipos de interés se mantienen altos.