Los líderes del Partido Popular Europeo (PPE), el Partido de los Socialistas Europeos (PSE), liberales y la extrema derecha se encuentran en la recta final de las negociaciones para cerrar el pacto sobre los nombramientos en la nueva Comisión Europea de Ursula von der Leyen. Entre los puntos clave de este acuerdo se encuentra la designación de Teresa Ribera como vicepresidenta y comisaria de Competencia, un cargo que ha generado divisiones dentro de los partidos, especialmente en el PPE.
Manfred Weber, líder del PPE, ha expresado recientemente que el bloque había tenido una “buena discusión” sobre el tema, aunque aún persistían diferencias, especialmente por las objeciones del PP español hacia Ribera. A pesar de los desacuerdos, ambas partes parecen dispuestas a hacer concesiones, el PSE aceptando la inclusión del candidato italiano Raffaele Fitto, a pesar de sus vínculos con el partido de Giorgia Meloni Hermanos de Italia, famoso por sus posiciones de extrema derecha.
La negociación ha sido tensa, con un intercambio de vetos, pero según adelanta La Vanguardia, se espera que el acuerdo se formalice durante una reunión crucial que tendrá lugar esta tarde del miércoles, antes de la votación en el pleno del Parlamento Europeo la próxima semana. De alcanzarse el pacto, este podría reflejar un retroceso en las posiciones previas, con el PPE y el PSE pactando la inclusión de candidatos que antes se habían descartado. Además, se está negociando un documento que asegure una colaboración más estrecha entre estas fuerzas de cara al futuro, con los detalles aún por definir.
En el contexto de las complejas negociaciones, el PP de Feijóo mantiene su rechazo a Ribera, pero en caso de que el acuerdo se cierre, podría votar en bloque en contra de todos los comisarios, incluidos los miembros de su propio partido, para evidenciar su disconformidad con la candidatura de Ribera. Las delegaciones de otros países dentro del PPE estarán atentas a cómo se resuelvan estas tensiones, ya que von der Leyen cuenta con amplia mayoría, pero el enfrentamiento interno podría marcar el rumbo de la votación.