Ucrania intensifica su estrategia militar contra Rusia utilizando misiles de crucero Storm Shadow de fabricación británica, según informan la BBC y The Guardian. Los ataques se dirigieron contra objetivos en la región rusa de Kursk, donde testigos reportaron múltiples explosiones y columnas de humo. Este movimiento sigue al lanzamiento de misiles estadounidenses ATACMS y marca una nueva fase en la guerra, al ampliar el rango de las operaciones ucranianas con armamento proporcionado por sus aliados occidentales. Moscú considera estas acciones como una escalada significativa del conflicto.
Los Storm Shadow, cuyo uso anteriormente estaba limitado a objetivos dentro de Ucrania, amplían el alcance de Kiev a más de 250 kilómetros del frente, permitiendo atacar a Rusia en profundidad. El Gobierno británico, encabezado por Keir Starmer, aún no ha hecho declaraciones al respecto, como tampoco lo hizo el gobierno de Joe Biden cuando Kiev lanzó los ATACMS. En paralelo, Volodímir Zelenski ha pedido a Alemania que autorice el uso de misiles Taurus, capaces de alcanzar Moscú, en un intento de llevar el conflicto a escenarios críticos. El Kremlin ya ha advertido que ataques de este calado serían considerados como un ataque de la OTAN en su conjunto, y que podrían recibir una respuesta nuclear.
Occidente mientras tanto, alude a la supuesta llegada de tropas norcoreanas a Rusia para escalar. Con una quinta parte del territorio ucraniano bajo control del Kremlin y los recientes avances en Donetsk, Kiev busca aguantar la ofensiva rusa y sostener el apoyo internacional, que enfrenta incertidumbres, especialmente con el regreso de Trump a la presidencia estadounidense.
