La COP29 cierra con un borrador de acuerdo financiero criticado como “vago e insuficiente”

El texto presentado por Azerbaiyán propone “inversiones billonarias para combatir el cambio climático”, pero carece de cifras claras y mecanismos detallados, generando rechazo entre delegados, activistas y países en Bakú.

El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres.
Foto: @antonioguterres (X)

La última jornada de la COP29, celebrada en Bakú, Azerbaiyán, enfrenta este viernes una atmósfera de división y críticas intensas tras la presentación de un borrador de acuerdo financiero que muchos califican de “inaceptable” e “insultante”. El texto, que propone un piso de “un billón de dólares anuales” para financiar acciones “que combatan el cambio climático” a partir de 2025, omite detalles clave sobre quién pagará los fondos, cómo se distribuirán y qué papel tendrán los principales emisores.

El documento plantea dos opciones: una de financiación progresiva y otra que establece objetivos anuales entre 2025 y 2035. Sin embargo, ambas han sido cuestionadas por permitir que países ricos eludan compromisos, delegando en el sector privado y en naciones en desarrollo. La Unión Europea, a través de su comisario de Acción Climática, Wopke Hoekstra, criticó “la falta de claridad en la estructura de financiación para la adaptación climática”, mientras Greenpeace y otros grupos ecologistas denunciaron el texto como “insuficiente” ante la urgencia climática.

El borrador también incluye un principio de “quien contamina, paga”, que buscaría, en teoría, “responsabilizar a las empresas de combustibles fósiles por los daños climáticos”. Aunque esta inclusión ha sido vista como un avance por algunos sectores, el debate sobre la eliminación de los combustibles fósiles sigue sin consenso, lo que limita las expectativas de un acuerdo final robusto antes del cierre de la cumbre este viernes.

Con un ambiente de polarización entre países “desarrollados” y “en desarrollo”, y ante la presión de grupos climáticos y activistas, la COP29 se encamina a un desenlace incierto que podría definir la dirección de la acción o la inacción climática global en la próxima década.